El reloj del Ayuntamiento de Guadalajara reanuda su funcionamiento tras la restauración del campanario

El Ayuntamiento de Guadalajara ha finalizado con éxito la reforma y restauración integral de la torre del campanario de la Casa Consistorial. Esta intervención, considerada urgente y necesaria, devuelve a la ciudad uno de sus símbolos más emblemáticos: el reloj municipal vuelve a marcar el tiempo desde el corazón de la Plaza Mayor, tras haber quedado parado el 11 de julio de 2024 debido a una obra de emergencia.

La alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, presentó esta mañana los resultados de las obras en una rueda de prensa junto al concejal de Infraestructuras, Santiago López; el arquitecto municipal responsable del proyecto, Ricardo Fernández; el maestro artesano herrero Jesús Alba; Iván Santos, gerente de la empresa adjudicataria Intergest 2006; y Antonio Hernández, maestro relojero que ha cuidado del reloj durante más de medio siglo.

La intervención comenzó en agosto de 2024 tras detectarse un riesgo inminente de colapso en la estructura. Se llevaron a cabo trabajos para rehabilitar el campanario, restaurar su forjado, mejorar los accesos y modernizar el sistema del reloj. Aunque el mecanismo actual data de 1973, se ha actualizado para asegurar su funcionamiento durante muchas décadas más, preservando así la memoria del original instalado en 1905 por el prestigioso relojero Jorge Guillermo Girod.

Detalles técnicos y desafíos superados

La alcaldesa destacó que el edificio consistorial, diseñado por Antonio Vázquez Figueroa y terminado en 1907, no había recibido intervenciones significativas en su torre sur desde su construcción. “La restauración ha eliminado patologías estructurales y filtraciones que comprometían su estabilidad”, subrayó Guarinos.

El arquitecto Ricardo Fernández explicó las acciones tomadas para restaurar la integridad del edificio. “Primero reforzamos los forjados desde abajo para evitar desplazamientos. Luego pegamos estructuralmente la torre al edificio principal para redistribuir las cargas hacia los muros portantes”, detalló. También se restauraron todos los elementos dañados, lo que incluyó sustituir pilares afectados por nuevos elementos reforzados.

Jesús Alba compartió su experiencia como herrero sobre los métodos utilizados para reforzar la estructura. “La torre estaba tan delicada que podría haber colapsado con un vendaval fuerte. Decidimos no desmontarla completamente porque muchas piezas eran de hierro fundido, un material frágil”, comentó.

Mantenimiento del reloj y homenaje al maestro relojero

Antonio Hernández explicó que el reloj fue la parte menos problemática durante esta intervención. “Las campanas se han mantenido en su lugar original porque estaban en buen estado. Solo hemos sustituido los dos electromazos que las accionan”, dijo Hernández.

En cuanto al mecanismo del reloj, se ha conservado la parte mecánica original ubicada en la entreplanta donde están las esferas. Se incorporó un nuevo reloj patrón informatizado que permite una gestión moderna y precisa, ajustándose automáticamente a los cambios horarios sin necesidad de intervención manual.

El concejal Santiago López detalló que el presupuesto final de la obra ascendió a 322.894,77 euros (IVA incluido) y anunció futuras actuaciones en el tejado del salón de Plenos con una inversión prevista de 600.000 euros y otra en la fachada principal por 180.000 euros.

Ceremonia simbólica y reconocimiento

A las doce del mediodía, las campanas del Ayuntamiento volvieron a sonar, acompañadas por un repique conjunto con otras iglesias importantes de Guadalajara —La Antigua, Santiago, San Nicolás, Santa María y San Ginés— como símbolo del reencuentro con la historia local.

Posteriormente se rindió homenaje a Antonio Hernández, quien ha cuidado del reloj municipal durante más de 50 años. La alcaldesa le entregó una placa conmemorativa como símbolo de gratitud por su dedicación a este emblemático símbolo urbano.

“Hoy, el tiempo vuelve a ser nuestro gracias al trabajo profesional y al compromiso con este símbolo”, concluyó Ana Guarinos mientras Hernández expresaba su emoción por el reconocimiento recibido tras décadas cuidando del reloj que forma parte esencial de la historia guadalajareña.

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