Tribuna Abierta.- Carta semanal del obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara
Las cofradías de Guadalajara celebran el III Día del cofrade.- Enviados
Por
REDACCION
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redaccionguadanewses/9/9/19
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:14h
El próximo día 26 de mayo la cofradías de Semana Santa de Guadalajara celebran el III Día del Cofrade, que estará animado por la Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz en su cincuentenario. Se trata de un día de confraternización con los hermanos y cofrades de las diferentes hermandades y cofradías de Guadalajara. El acto religioso será la Eucaristía en la parroquia de San Ginés, a las once de la mañana. Tras ella, en el salón parroquial se exhibirá un audiovisual con fotos y videos de la Semana Santa de este año. Posteriormente un pasacalle llevará a los participantes hasta el Parque del Coquín, donde habrá vermut y comida de hermandad. SIGUE
Por la tarde tendrán juegos para los más pequeños y baile para todos. Para completar información a todos los interesados se ofrece la web de la Hermandad organizadora: www.hermandadamorypaz.es
Carta semanal del obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara.-
ENVIADOS
La misión de la Iglesia tuvo sus comienzos el día de Pentecostés. Los encuentros de Jesucristo con los apóstoles y discípulos, después de su resurrección, además de ayudarles a descubrir que el Resucitado era el mismo que había compartido la existencia con ellos durante los años de su vida pública, habían servido también para preparar su mente y su corazón para la misión que iba a confiarles.
El libro de los Hechos de los Apóstoles destaca el encargo que Jesús les hace, antes de su ascensión al cielo, de permanecer juntos para prepararse a recibir el don del Espíritu. Ellos, estimulados por la presencia maternal de la Santísima Virgen, se congregan en el Cenáculo y oran insistentemente, esperando el cumplimiento de la promesa del Padre (Act 1, 14). El mismo Espíritu, que acompañó la misión de Jesús, como enviado del Padre, es el que impulsó a los apóstoles a salir en misión y es también el que hoy sigue animando, purificando y alentando la misión de la Iglesia y de cada uno de sus hijos, para que puedan cumplir con humildad y valentía el encargo del Señor.
Cuando nos paramos a contemplar el impulso misionero de nuestra Iglesia, podemos llegar a la conclusión de que ha perdido dinamismo evangelizador y que tiene miedo a salir al mundo para proclamar con obras y palabras que Cristo resucitado vive para siempre y que en Él está la salvación del mundo. Si esto fuese así, tendríamos que pararnos para intentar detectar a la luz de la Palabra de Dios qué estamos haciendo mal o qué aspectos de la misión deberíamos cuidar especialmente para ser fieles al encargo del Señor.
Teniendo en cuenta el mandato de Jesús a los apóstoles y discípulos, podríamos preguntarnos: ¿Realmente estamos convencidos de que la evangelización es, ante todo y sobre todo, el fruto de la acción del Espíritu Santo en nosotros?. ¿Nos preparamos para la misión, asumiendo con gozo que ésta exige la oración confiada al Padre común y la vivencia de la comunión fraterna?. ¿Admitimos de buen grado que María, como Madre buena, nos acompañe en el cumplimiento de la misión?.
En última instancia, tendríamos que preguntarnos: ¿En verdad nos sentimos enviados?. Todos corremos el peligro de caer en el activismo, de pensar que la realización de la misión depende fundamentalmente de nuestros esfuerzos personales y de dejarnos dominar por las prisas. Ciertamente el Señor quiere contar con nuestra colaboración para llevar a cabo la misión, pero antes de cualquier iniciativa nuestra es preciso que acojamos la presencia y la acción del Espíritu Santo.
Si estamos verdaderamente convencidos de que el Espíritu es el auténtico protagonista de la evangelización, pidámosle que nos ayude a vivir como auténticos hijos de Dios, que purifique nuestros miedos y que nos ayude a superar los cansancios del camino. Oremos también hoy, día de la Católica y del Apostolado Seglar, para que el Espíritu suscite muchos y santos militantes cristianos que, desde la comunión eclesial, den testimonio del amor incondicional de Dios y vivan con gozosa pasión su compromiso evangelizador en medio del mundo.
Con mi bendición, feliz día de Pentecostés.
Atilano Rodríguez, Obispo de Sigüenza-Guadalajara