Una Temporada Para Olvidar

Una casa construida sin cimientos sólidos, que llegó a confundir a unos y otros allá en la pretemporada (cuando todos realizan una y mil probaturas), empieza a desmoronarse, después de una primera vuelta de competición realmente penosa y calamitosa, donde el equipo presidido por Santiago Ranz no ha sumado más que un punto de cuarenta y cinco posibles.

Y después de hacer el más espantoso de lo ridículos, de acrecentar el número de acreedores y de verse sumido en lo más bajo de la clasificación, ve cómo Carlos Anós deja la escuadra harto de promesas que, salvo milagro, no se podrán cumplir.

Tras el jugador zaragozano suena Ferreira y luego alguno más. Se trata, según el presidente, de ir reduciendo la nómina de jugadores para salvar la parte institucional. Eso mismo podían haberlo pensado a principio de campaña y haber evitado el arrastrarse por todas las canchas que han visitado.

Y ahora ¿qué? Una segunda vuelta peor que la primera, goleada tras goleada y el nombre de Guadalajara por los suelos. En resumen: una temporada para olvidar. Aquí el que menos culpa tiene es Sánchez Rozas; pero cuánto echamos de menos a Andreu Plaza. Tenía, casi, poder absoluto y bien que se notaba. Para este viaje, amigos, no habían hecho falta alforjas.◆