¿Servirá para algo el rescate?

Para resolver la pregunta, creo que es mejor enfocarla de una manera ordenada, sin dejarnos llevar por el maniqueísmo predominante en España. Primero, se debe tener claro el problema. Después, el rescate y sus características. Por último, se debe ver si el rescate pondrá solución al problema.

En primer lugar, veamos “el problema” con los que nos enfrentamos.

Problemas de la Eurozona. Entre otros:

• Unión monetaria sin unión económica ni política.
• Diferencias de competitividad entre los países.
• Falta de liderazgo político.
• Falta de movilidad laboral entre las diferentes zonas de la UE.
• Además, falta de ideas claras. Opiniones diversas sobre el problema y aún más diversas sobre las posibles soluciones: ¿austeridad o políticas de crecimiento? (entre otras disyuntivas).

Problemas de España. Entre otros:

• Agujero en los bancos derivado del estallido de la burbuja inmobiliaria.
• Deuda pública en crecimiento ilimitado. Hace cinco años estábamos en el 40% del PIB y las previsiones son que llegaremos al 100% en 1-2 años.
• Varias Comunidades Autónomas y Ayuntamientos quebrados.
• Pérdida de competitividad respecto al resto de miembros de la UE desde el momento de la creación del Euro.
• Tejido productivo en descomposición. Alto paro.

No es posible hacer una lista comprensiva de los problemas existentes que aúne todas las opiniones. Pero lo que sí se ve claramente, por mínimo que sea el análisis, es que “el” problema de la Eurozona o de España no es uno, sino que son varios. Se debe hablar de “los” problemas. De ahí la importancia de haberlos citarlos.

Una vez percatados de este punto, no es posible esperar que con un solo movimiento se resuelvan todos los temas. Es decir: el rescate español resolverá, en el mejor de los casos, un problema. Además, se debe poner en marcha otro conjunto de medidas para resolver el resto de problemas.

Así pues, lo que se debe preguntar es: ¿Qué problema resuelve este rescate? y ¿Qué otras medidas se están poniendo en marcha para resolver los otros problemas?

Este rescate se dirige únicamente a solventar el problema del agujero en nuestro sistema financiero derivado de la crisis inmobiliaria. Ni resolverá ni es su intención, como es obvio, ningún otro tipo de problemas. Ni siquiera está claro que resuelva este problema definitivamente. Aunque no conozcamos todavía las características, podemos decir que sólo lo resolverá si el préstamo a nuestros bancos se hace a un plazo de tiempo suficientemente largo, por ejemplo, superior a 10 o 15 años, y mientras tanto se ponen en marcha otras medidas que reactiven la economía.

Es necesario el largo plazo. Hay que dar tiempo a que nuestra economía se recupere, y los bancos puedan generar negocio y beneficios con los que devolver el préstamo del rescate. Actualmente hay poco negocio a obtener en España, porque hay pocos prestatarios solvente.

Además, el resto de problemas de España y la UE siguen en pie, debiéndose poner en marcha otras medidas para solventarlos. Si no, será una “patada hacia delante”, que eventualmente puede terminar peor. Si la economía no se recupera y los bancos no son capaces de generar negocio y beneficios, terminarán con el mismo agujero actual al que habrá que añadir los intereses del préstamo del rescate.

En cualquier caso, este rescate se complementa con otras medidas que el gobierno actual está poniendo en marcha. Cada problema tiene su gestión, y es lo que se está haciendo. Ya se verá si el conjunto de medidas adoptadas, entre las que este rescate es una de ellas, sirven para reactivar nuestra economía. Yo soy tendente al pesimismo, pero he de reconocer que se están dando pasos positivos. Y cada paso se debe aplaudir.

Respecto a Europa, es cierto que los 100.000 millones, muy por encima de la estimación del FMI, es una indicación de buena voluntad de resolver eficazmente los problemas, aunque también se haya hecho previendo las convulsiones que pudiesen generar las elecciones griegas del pasado fin de semana. Sin embargo, se están discutiendo o impidiendo los próximos pasos: unión bancaria, supervisión financiera única. Y estas discusiones son sintomáticas de que se siguen teniendo las ideas poco claras.

Por último, los prestamistas impondrán unas condiciones. Esto no es discutible. Tampoco se pueden hacer mayores comentarios, al menos hasta que sean públicas. Si alguien te presta 100.000 millones de Euros (o los que terminen siendo), querrá controlar el resultado de su inversión. Si se quiere llamar a esto “intervención”; pues llámese. De todas maneras, precisamente en esto consiste la UE y el Euro, en ceder soberanía. ¿Cómo es que nadie se llevó las manos a la cabeza cuando cedimos voluntariamente nuestra política monetaria? Quizá debiéramos haber pensado antes qué significaba estar en el Euro.