CSIF es la alternativa ante el conformismo de los sindicatos de clase con el Gobierno: denunciamos el empobrecimiento social y la incertidumbre económica

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) conmemora este 1º de Mayo con preocupación y responsabilidad ante la situación de incertidumbre que afronta España. Somos la única organización sindical que huye de triunfalismos y que denuncia la grave situación que atraviesa la economía y empobrece cada vez a las familias: alza del precio de la energía y de los alimentos, subida de hipotecas y deterioro de la calidad en el empleo.

CSIF fue el primer sindicato que inundó las calles de Madrid el pasado 24 de septiembre para protestar por la grave situación económica y por unas pensiones dignas. Decenas de miles de trabajadores secundaron nuestra convocatoria para gritar ‘basta’ y exigir al Gobierno medidas económicas eficaces y una subida salarial justa para todos los trabajadores.

Según la última Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 26 por ciento de la población española se encuentra en riesgo de pobreza, elevándose hasta el 31,6 por ciento en Castilla-La Mancha. Además, la OCDE sitúa a España entre los países con mayor caída de los salarios reales en relación con la inflación y los últimos datos de empleo arrojan el mayor aumento del paro en 10 años, en el primer trimestre del año.

El Gobierno tiene un cheque en blanco
Por tanto, nuestras reivindicaciones siguen vigentes más de medio año después de la gran manifestación, y desde CSIF asistimos perplejos y con indignación a cómo los sindicatos tradicionales de clase han dado un cheque en blanco al Gobierno en los ámbitos del empleo o de las pensiones. También contemplamos con preocupación el profundo deterioro de servicios públicos esenciales (como Sanidad, Justicia, Educación y Seguridad Social, entre otros) cuya consecuencia sufren los ciudadanos día a día.

En la actualidad, hay más de tres millones de personas desempleadas a pesar de la reforma laboral, que sigue amparando situaciones de precariedad, como el incremento en los contratos a tiempo parcial (un 5,7 por ciento hasta los 2,7 millones). Además, somos el país de la OCDE con mayor tasa de desempleo, con el 12,8 por ciento. Nuestro sistema productivo sigue necesitando una profunda reforma.

CSIF también rechaza la reforma de las pensiones -avalada por los sindicatos de clase- porque penaliza de nuevo a los trabajadores incrementando tanto las cotizaciones como el periodo de años de cotización para acceder a una pensión, sin que ello suponga una garantía para la viabilidad del sistema.

Las promesas incumplidas a los empleados públicos
El Ejecutivo ha firmado además con los sindicatos de clase un acuerdo para los millones de empleados públicos que incrementa su pérdida de poder adquisitivo y que tras más de seis meses sigue sin aplicar las mejoras en las condiciones laborales.

Además, este acuerdo, deja fuera algunas de sus reivindicaciones históricas: desigualdad retributiva (a igual trabajo, igual salario), las indemnizaciones por razón de servicio, la actualización de los complementos por residencia, la supresión de la tasa de reposición, la jubilación parcial anticipada para determinados colectivos de trabajadores por la penosidad de su actividad profesional, como la Sanidad, el incremento de los haberes reguladores en las pensiones de Clases Pasivas, incentivar la vida laboral tras la jubilación voluntaria o aplicar el complemento de reducción de brecha de género a las jubilaciones voluntarias de Clases Pasivas y a las parciales del Régimen General.

Los ciudadanos y ciudadanas de este país acudirán en breve a las urnas para elegir a sus representantes autonómicos y locales. Frente al conformismo del resto de organizaciones, CSIF reclama un debate honesto entre las diferentes opciones políticas y que ofrezcan propuestas que nos permitan avanzar hacia un empleo de calidad, mejoras salariales, pensiones dignas, unos servicios públicos adecuados y el reconocimiento profesional de los empleados públicos.

CSIF rechaza el conformismo del resto de las organizaciones y se ofrece a los ciudadanos como una alternativa sindical profesional e independiente, que no responde a dictados de partidos políticos y alza la voz gobierne quien gobierne. Por eso, reiteramos la necesidad de modificar la Ley Orgánica de Libertad Sindical para abrir la representación sindical al conjunto de la sociedad española. En ningún caso existirá dicha pluralidad si se excluye a CSIF del diálogo social, siendo el sindicato más representativo de las personas trabajadoras que sostienen nuestros servicios públicos.