Comienza una temporada de caza llena de expectativas

El aperitivo cinegético, que dura exactamente un mes, sirve para apaciguar las ganas de campo que los amantes de la caza menor acumulan durante la primavera y el verano. Sin embargo es en el mes de octubre cuando se abre oficialmente la temporada de caza. Concretamente, este viernes comienza la temporada cinegética para más de diez mil cazadores en la provincia de Guadalajara. Ahora tienen por delante cinco meses para acumular vivencias, historias, lances y amigos.

Zona cochinera
Aunque la población de jabalíes de Guadalajara no puede compararse con la de Córdoba o Extremadura, ciertas zonas de la provincia pueden considerarse, según los monteros, como “zonas cochineras privilegiadas”. De especial valor es la Sierra del Ocejón, la zona de los pantanos, el Monte Anguix y el Alto Tajo. Las previsiones para este año son muy optimistas y se sigue con la tendencia de años anteriores, en los cuales hubo buena cría y el campo produjo bastante bellota, fruto preferido por los guarros. Gerardo de Miguel, del Club Deportivo Básico Monteros Arriacenses asegura que este año se superarán los 153 cochinos abatidos la pasada temporada, ya que las condiciones son muy parecidas. En cuanto a los ciervos, su mayor concentración se produce en las zonas del Alto Tajo y la Serranía de Molina, aunque sus poblaciones se han extendido geográficamente debido a los incendios de los últimos años.

Buenas expectativas
Los buenos resultados de la temporada de codornices han servido para llenar de esperanza de cara a la nueva temporada. Casi toda la perdiz que se caza en nuestra provincia es silvestre, y los entendidos afirman que este año “ha criado muy bien”. Sin embargo, tal como relata Jesús Rodríguez, presidente de la Asociación de Titulares de Cotos de Caza de Guadalajara (Ática), “como la madre era escasa, la cría también lo será”. En cuanto a los conejos, se da la paradoja de que en pueblos como Alovera o Quer hay una sobrepoblación de estos animales, llegando a suponer un problema, mientras que a una distancia de 15 o 20 kilómetros, simplemente, no hay. “Llevamos años intentando saber qué pasa, cuál es la razón por la cuál en algunas zonas hay plaga y en otras no se ve ni un ejemplar”, afirma Jesús. Respecto a otras especies, como la liebre, ha sufrido una terrible reducción en los últimos años, de la que todavía no se ha recuperado, y es muy difícil obtener.

Afortunadamente, la práctica totalidad de los animales que se encuentran en los cotos privados y cotos sociales de la provincia son silvestres, es decir, que han nacido en libertad. Aunque hay relativamente pocos ejemplares, la mayoría de cazadores prefieren abatir animales autóctonos, ya que, afirman, tienen mejor sabor y adoptan un comportamiento diferente en el campo. La perdiz roja es considerada por muchos como la “reina de la caza”, un apelativo que hace referencia a su escasez así como a su majestuosidad, con ese andar altivo y elegante. “En Guadalajara hay mucha afición, sin embargo, no podemos competir con otras provincias de Castilla-La Mancha como Toledo, donde la población de perdices autóctonas es mucho más alta. De alguna manera somos el hermano pobre de la región”, relataba a este periódico Jesús Rodríguez. La legislación castellano-manchega prevé un período comprendido entre el 24 de enero y el 6 de marzo para la caza de la perdiz roja con reclamo, por considerarla una modalidad tradicional que se ha de respetar. Su práctica se limita a los terrenos sometidos a régimen cinegético especial, es decir, a los cotos privados, y para su realización es necesaria la notificación a la Delegación Provincial de Agricultura y Desarrollo Rural y a la Comandancia de la Guardia Civil con al menos diez días de antelación.
Sin acotar
En los terrenos cinegéticos de aprovechamiento común, el período hábil será desde el primer domingo de noviembre hasta el último domingo de diciembre, ambos inclusive, limitándose la caza a los domingos de las 9 a las 13 horas, exclusivamente en terrenos con superficie continua igual o superior a 250 hectáreas, pudiendo cazar cada cazador como máximo dos piezas por día de caza, quedando el cupo libre para el resto de las especies cinegéticas. En el caso de los cotos privados, serán los titulares los que decidan cuáles son los cupos para cada especie.

Texto: Cristina Toledano