Yo, de mayor quiero ser defraudador

Vaya por delante mi conformidad con la mayoría de las líneas generales que están marcando las reformas y políticas del gobierno de Rajoy. El gobierno de España está haciendo lo que tiene que hacer, lo que otros no hicieron. España está empezando a hacer los deberes, con cuatro años de retraso.

Ahora bien, entre las medidas aprobadas el viernes pasado y publicadas el sábado en el Boletín Oficial del Estado, aparece la AMNISTIA FISCAL, esto es, la Amnistía fiscal permite a los grandes defraudadores blanquear sus capitales sin penalización fiscal, ni penal. Es decir, que todo el dinero negro, todo el dinero denominado B, que hay dentro y fuera de España, aflore, se declare y el gobierno a cambio, les perdona, no aplicándoles las penas de cárcel, ni imponiéndoles ninguna multa. Con esta medida el gobierno español espera recaudar 2.500 millones de euros.

Pero veamos qué dicen los expertos de cómo es entendida esta amnistía fiscal por la sociedad :

• El inversor extranjero piensa y dice : “Estos españoles están desesperados, y de la misma forma que pueden adoptar ahora, una medida que me beneficia, en cualquier momento y sin avisar pueden adoptar una medida que me perjudica.” El resultado es que el inversor se lo piensa demasiado, no invierte el dinero, no crea riqueza y en definitiva, el paro sigue como está.
• El “contribuyente caradura” piensa y dice : “Si defraudar sale barato en función del tiempo que esperes… voy a seguir defraudando y a la próxima, pues lo declaro y me sale mucho más barato.” Es decir, que este defraudador seguirá defraudando.
• Y el “contribuyente honrado” piensa y dice: “Yo compito en mi empresa y en mi trabajo honradamente, pagando mis impuestos religiosamente, bajo amenaza de multa y cárcel. Ahora resulta que, quienes han actuado mal y han defraudado a Hacienda se van de rositas y se fuman un puro… ¿por qué no he tenido yo las mismas oportunidades que ellos? ¿Cómo se me compensa por la oportunidad perdida? Pues nada, aquí unos son los listos, los que no pagan y otros somos los tontos, los que pagamos, así que, yo también voy a defraudar.” Y ya tenemos a un nuevo defraudador.

Toda amnistía fiscal es un fracaso colectivo. Se mire por donde se mire. Se podrá argumentar que no había más remedio que aprobarla para cumplir con la senda de reducción del déficit. O esgrimir, incluso, que los impuestos son un medio para lograr un objetivo y no un fin en sí mismo. En una palabra, que lo importante es recaudar aunque sea con la nariz tapada. Pero lo cierto es que la obscenidad de esta amnistía fiscal es manifiesta.

Dicen los que saben, que la lógica de los niños es aristotélica. Simplifican el pensamiento para deducir las ventajas evidentes. A partir de hoy, un niño deductivo, al ser preguntado por lo que quiere ser de mayor, ya no dirá que quiere ser piloto o bombero, (ambas profesiones, por cierto, hoy en huelga), seguramente dirá que de mayor quiere ser defraudador.

Y es que como indica la sabia Torá judía, aquel que se apiada y es débil con el cruel, llegará con el tiempo a ser cruel con el débil. Señalaba ayer el Wall Street Journal. Que "Rajoy quizás tenga el trabajo menos envidiado del mundo". No lo pongo en duda pero hoy yo, les digo lo siguiente: cuanto más conozco a estos políticos, más quiero a mi perro.

Muchas gracias por haber tenido la paciencia y amabilidad de escucharme. Un saludo

Artículo leído y locutado el 3 de abril de 2012 en el programa “Así son las mañanas” de la Cope.

A modo de contrapunto : El semanario Der Spiegel informa que un inspector de hacienda alemán está en conversaciones para comprar por dos millones de euros unos datos bancarios de Suiza que ayuden a su oficina a identificar a evasores alemanes de impuestos.

Igualito