Castilla-La Mancha es una de las comunidades autónomas con un mayor nivel de empleo público, ya que el 20,61% (uno de cada cinco puestos de trabajo) del total de los trabajadores de la región cobran de alguna administración.
Sólo Extremadura, con un 25,75 por ciento del total de la ocupación (uno de cada cuatro puestos de trabajo corren a cargo del presupuesto público o empresas públicas), y Asturias, con un 20,61 por ciento, superan a Castilla-La Mancha en este ranking.
Y es que en nuestra región hay unos 150.000 operarios públicos, por 591.000 trabajadores privados. El contrapunto lo pone Cataluña, donde sólo el 12,2 por ciento de la ocupación tiene naturaleza pública, un porcentaje que se queda en el 12,93 por ciento en Baleares y en el 13,86 por ciento en la Comunidad Valenciana. En Madrid, que dispone de un plus de empleo público por la capitalidad del Estado, dependen de pagadores públicos el 16,2 por ciento de los empleos.
Pero hay un dato todavía más significativo de la diferencia entre trabajar para el Estado o para una empresa. Un asalariado que trabaje para el sector público gana 834 euros más al mes de media que otro que esté en nomina en una empresa privada. Esa es la diferencia de sueldo que existe entre los 2.544,4 euros mensuales brutos que pagan las Administraciones y los 1.750,5 euros que abonan las compañías privadas a sus plantillas.
Ante estos datos, cobran mayor importancia si cabe las palabras de Antonio Banderas sobre funcionarios y emprendimiento, en su reciente visita al programa El Hormiguero de Antena 3.
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