Manuel Carrera presenta su obra “Estela de la Almudena” al Cardenal Arzobispo de Madrid
Una talla del internacional orfebre alcarreño Manuel Carreras adornará las estancias del Papa durante la JMJ
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REDACCION
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redaccionguadanewses/9/9/19
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:14h
Manuel Carrera Díaz, reconocido como el orfebre español más internacional, con piezas en los mejores museos y palacios del mundo, fundador de la firma Carrera y Carrera y vecino de Guadalajara, entregó el pasado sábado la obra “Estela de la Almudena” al Arzobispado de Madrid con el fin de que la misma, cuya entrega formal se hará en septiembre para quedar instalada en la Catedral de la Almudena, sea expuesta durante la Jornada Mundial de la Juventud en las dependencias privadas que tendrá Su Santidad Bededicto XVI. La obra fue encargada a Manuel Carrera por la Fundación Villa y Corte de Madrid que junto con su hijo Manuel Carrera Cordón, comenzaron el trabajo de investigación en 2005. Después de múltiples apuntes, diseños y proyectos, se aprobó la obra denominada Estela de la Almudena, un conjunto escultórico en forma de estela o columna, con el mejor arte orfebre, que recoge los momentos bíblicos más trascendentales y otros símbolos como la historia de Madrid, la presencia de dos Papas en la Catedral, la construcción de la misma, etc. En la base de la estela aparece representado un grupo de jóvenes que soportan los valores cristianos coincidiendo el año de finalización de la obra con la Jornada Mundial de la Juventud, reconociéndoles a éstos el protagonismo de este momento, su paso por Madrid y sus vocaciones religiosas o compromisos seglares. SIGUE
La obra contiene una bellísima escultura de plata representando La Piedad de Miguel Ángel. En el capitel se muestran la primera y la última piedra de la Catedral, al Cardenal Moreno y al Rey Don Alfonso XII, a la Reina Mercedes, a su Santidad Juan Pablo II y a los reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía.
La parte central de la columna, el fuste, luce en Sodalita, bella gema azulada con vetas blancas. A su superficie se abraza, en espiral, una franja de plata de casi cuatro metros de longitud labrada y cincelada por los mejores orfebres del momento, en la que se representa la Creación del Mundo, Adán y Eva, La Anunciación, El Bautismo, El Nacimiento, La Adoración, La última Cena, la Crucifixión, la Resurrección y otras tantas escenas bíblicas representativas para la Cristiandad.
Antes de ser llevada a su destino final, la obra adornará las habitaciones de Benedicto XVII durante su estancia en Madrid.