Los empresarios turísticos del Geoparque conocen el recurso turístico de la Cueva de Los Casares

Alrededor de una veintena de hosteleros del Geoparque de la Comarca de Molina de Aragón-Alto Tajo conoció de cerca cómo se gestiona la Cueva de “Los Casares” en la Riba de Saelices y los misterios que esconden los grabados paleolíticos de sus paredes. Se trata de la primera de las visitas guiadas a los distintos recursos del Geoparque, como parte de una iniciativa formativa más amplia dirigida a los empresarios del sector turístico. Con esta medida se pretende dar respuestas a las necesidades manifestadas por los propios hosteleros, durante una reunión celebrada hace algunas semanas, para perfilar las líneas de colaboración del sector turístico dentro del ámbito del Geoparque.

A pesar de las inclemencias meteorológicas, que hicieron su aparición en forma de nieve durante la tarde, la iniciativa contó con la participación de un buen número de empresarios, que es acercaron desde lugares tan distantes como Peralejos de las Truchas, la Olmeda de Cobeta u Orea y, por supuesto, también de Molina de Aragón.

La comitiva conoció cómo se gestiona este recurso desde el Museo Comarcal de Molina de Aragón, cuya visita debe solicitarse mediante cita previa, a través del número de teléfono 949 83 11 02 y está sujeta a las medidas y las limitaciones establecidas por Patrimonio para garantizar su conservación.

El gerente del Geoparque, Juan Manuel Monasterio, explicó cómo vivían los pobladores prehistóricos de la cueva, que constituían comunidades cazadoras y recolectoras, y la manera en la que elaboraban sus herramientas. Para ello contó con la colaboración de Manuel Cano, un artesano molinés que llevó a cabo una demostración práctica para mostrar cómo se tallaban las piedras de sílex, para la confección de distintas herramientas, desde las más rudimentarias, como los bifaces, a las más elaboradas, como cuchillos, hachas pulimentadas o puntas de flecha.

La Cueva de los Casares ha sido utilizada por el hombre prehistórico desde hace más de 80.000 años y sus grabados tienen alrededor de 15.000 y 10.000 años de antigüedad. Tal y como explicó el guía y geólogo del Museo, José Antonio Martínez, los estudios arqueológicos realizados en el interior de la cueva dieron constancia de la habitación de neandertales, con el hallazgo de una falange humana, aunque los grabados que se pueden contemplar en sus paredes fueron realizados por el hombre de cromañón, del cual descendemos. El guía hizo un recorrido por los distintos grabados y la utilización ritual de los mismos por los moradores de la cueva, desvelando las diferentes teorías que han mantenido los investigadores científicos sobre los mismos. Además del detalle con el que aparecen representados algunos animales, los visitantes sintieron curiosidad por una controvertida escena, que algunos investigadores consideran la primera representación de una ceremonia de ritual sexual o hierogamia, encontrada en España.

El geólogo del museo también explicó cómo se formó esta cavidad, labrada en una roca caliza y las estactitas y estalagmitas que se pueden contemplar en su interior y a qué se debe el color grisáceo de sus paredes.

La próxima visita guiada se convocará en un plazo de 15 días y versará sobre el castro celtibérico de Herrería y el entorno de Rillo de Gallo.