Los Reyes Magos, que de nuevo fueron Majos en Sigüenza, han visitado por triplicado la ciudad

Los Tres Magos de Oriente llegaban en la mañana de este lunes a la ciudad del Doncel en una carroza recién estrenada para visitar a los mayores en las residencias de ancianos que hay en la ciudad. Los esperaban con la misma ilusión, o más, que los niños lo han hecho por la tarde.

Después de supervisar el reparto de regalos que iban a llevar a cabo en la Cabalgata y comprobar que los más de seiscientos regalos que han entregado a los niños después estaban en orden, iniciaban su recorrido para llevar alegría, villancicos y también regalos a los abuelos. Los orientales fueron recibidos por una amplia delegación municipal, que encabezaba el alcalde de la ciudad, José Manuel Latre.

Comenzando por la de Residencia de San Mateo, Melchor, Gaspar y Baltasar han repartido dulces, caramelos, sonrisas, villancicos y un coqueto monedero para ellas y una linterna para ellos también en el resto de las residencias: el Asilo, Las Doroteas y La Alameda, para hacer sus dos últimas paradas matutinas en el Convento de las Clarisas y en el de las Ursulinas. Estas últimas, como cada año, han preparado en el claustro del edificio un maravilloso nacimiento hecho con figuras de gran tamaño. A partir de la una de la tarde, los magos desaparecieron sin dejar rastro, como también lo hizo su carroza hasta la hora convenida.

A las 18:50 horas, misteriosamente, la Carroza Real en el lugar convenido, el Paseo de la Estación. Al filo de las 19:00 horas, los tres sabios ocuparon de nuevo sus tronos móviles para recorrer su acostumbrado itinerario en la ciudad del Doncel. Comenzó en la calle de Alfonso VI, para seguir por Humilladero y Cardenal Mendoza, hasta llegar a la Plaza Mayor. Allí, en los soportales del Ayuntamiento, tenían preparados sus tres tronos, esta vez fijos, y también el buzón real, en el que los niños han podido depositar sus peticiones de última hora, con el compromiso de los Magos de “hacer lo posible para colmarlas”. Acompañando a la Carroza Real, desfilaron también otras dos más, correspondientes a las AMPAS de los colegios San Antonio de Portaceli y Sagrada Familia.

Las calles de la ciudad llenaron sus aceras para recibir a la caravana de la ilusión. Vigilando para controlar el flujo de tráfico peatonal y rodado, y para abundar en la seguridad vial, ha trabajado Protección Civil de Sigüenza, Policía Local y Guardia Civil. La concejalía de Seguridad Ciudadana estima que en torno a 1.500 personas han seguido la Cabalgata por las calles y la Plaza Mayor, aprovechando la ausencia de nubes, lluvia o nieve, aunque después de caer el sol, la temperatura bajara súbitamente hasta los cero grados de la primera hora de la noche.

Cuando terminó la recepción de las últimas cartas y la entrega de regalos, la Asociación de Empresarios seguntina sorteó los premios de la iniciativa “Reyes Majos” con la que 12 comercios locales han incentivado las ventas navideñas para premiar la fidelidad de los consumidores. Esta fue la tercera cita que Melchor, Gaspar y Baltasar tenían en la ciudad. Naturalmente, fueron ellos quienes eligieron a los ganadores de los premios principales.

Baltasar extrajo de una urna el boleto agraciado con el primer premio. Fue el depositado por María Jesús Cabrerizo. Se llevó un cheque regalo en compras en los establecimientos asociados a AES por valor 1.000 euros. El segundo premio, consistente en 500 euros en compras en idénticas condiciones, fue a parar a las manos de Isabel Grulas.

Su boleto lo sacó de la urna Gaspar. La cena para dos personas en el Parador de Sigüenza fue para Isabel Sopeña. Melchor fue en esta ocasión el encargado de repartir la suerte con la cena. Asimismo, cada uno de los establecimientos participantes en la promoción ha sorteado entre los concursantes que depositaron la papeleta en su local un regalo adicional.

Para todas las personas que se acercaron a la Plaza Mayor hubo chocolate y roscón de reyes, patrocinados por el Ayuntamiento, la Asociación de Empresarios de Sigüenza y la Residencia de Saturnino López Novoa. A partir de las diez y media de la noche, la Plaza Mayor quedaba en silencio. Misteriosamente, los orientales se desvanecían, a buen seguro que para iniciar su labor. Tienen mucho que hacer esta noche.