El auténtico Premio Gordo

Esta vieja España no puede ver cada día el registro judicial de un partido político, de un sindicato de clase, de un estudio de arquitecto. No podemos asistir a los veinte mil juicios por corrupción, a que nos enmienden la plana desde Bruselas con la doctrina Parot –que ha sido algo muy traumático- o con los clubs de futbol –que es algo muy sucio o puede serlo- .

Este país no aguanta ya un pulso absurdo entre Cataluña… rectifico: entre unos políticos catalanes y el resto de España.

Seguramente no nos habrá tocado la lotería y no podremos ni decir eso tan socorrido de “para tapar agujeros”. En España ya no hay agujeros que tapar, solo enormes grietas por las que se desangran millones de parados, unas clases medias cada vez más empobrecidas y unos poco ricos cada vez más ricos. Media España tiene frío. Las colas para comer de la solidaridad son cada vez más largas.

Y aquí estamos, mirando la lista de la lotería por si el milagro. Pero eso no soluciona nada. El auténtico gordo que nos tocaría a todos, el milagro sería que PSOE y PP se mirasen de una vez a los ojos y se propusieran trabajar juntos. En Alemania lo han hecho y nadie se ha rasgado las vestiduras.

a.aberasturi