Curro de la Casa y Filiberto Martínez abren la puerta grande de Las Cruces de Sigüenza

El festejo comenzaba con algo más de media hora de retraso por una tormenta de verano que descargaba con fuerza sobre la ciudad del doncel. Una vez traspuso la negrura en dirección a Soria, los areneros dejaban el coso listo en un periquete.

Quedó una temperatura ideal de en torno a los 25 grados cuando por fin salía el primero de la tarde, un novillo pardo, alto y de presencia imponente que le había correspondido en suerte al alcarreño, que mostró en Las Cruces su toreo recio castellano, firme y de escasa floritura. Después de una faena con algún destello aislado, el diestro, que falló a espadas -mató a la tercera-, no terminó satisfecho. “La faena no ha tenido la rotundidad que yo quería. Las cosas buenas sueltas no valen, lo que cuenta es el conjunto”, decía al terminar su primero.

En el segundo, negro zaíno, el novillero mostró las razones por las que es una gran promesa del toreo. El de Alaminos ejecutó el lance de la gaonera con el capote antes del castigo, y se fue creciendo hasta cuajar una faena excelente en la muleta que le hizo acreedor, después de una gran estocada, a los dos apéndices de su enemigo. Curro pudo con la responsabilidad, y mostró lo que quiere ser. Sin embargo, el chaval hizo gala de su habitual modestia. “El final de esta segunda faena sí ha sido rotundo, el principio quizá no tanto.

Ahora toca seguir corrigiendo defectos y a pensar en la próxima”, afirmó.

El murciano lo dio todo en Sigüenza, y así se lo reconoció el público. En el primero, un jabonero peligrosísimo y resabiado, se llevó tres revolcones, el segundo serio, para acabar ligando sus dos mejores series de muletazos en el final de la faena, descalzo sobre el albero después de los percances. “El toro no ha sido fácil, sobre todo por el pitón izquierdo. Te esperaba mucho como no le tocaras adelante, entraba cruzado y venía a ti. Creo que he tenido una actitud muy seria con él. La lástima ha sido no haberlo matado a la primera”, declaraba aún dolorido.

En su segundo, pardo y como toda la novillada, de excelente presencia, llegó la mejor faena de la tarde. “El novillo ha tenido mucha calidad, mucha nobleza. Le faltaba un poquito de empuje para llegar al público, que es el que he intentado ponerle yo”, decía al terminar Martínez, contento con su paso por la ciudad del Doncel. Los dos chavales, que vuelven a compartir cartel el próximo 23 de agosto en Alcoroches, salieron por la puerta grande. Presidió la corrida José Angel Andrés, concejal del Ayuntamiento de Sigüenza.