Sanidad recomienda extremar la precaución para prevenir intoxicaciones alimentarias durante el verano

Los procedimientos de control e inspección de procesos y alimentos que se llevan a cabo de manera sistemática por farmacéuticos y veterinarios de salud pública, y el análisis de muestras por parte del laboratorio de Salud Pública, han demostrado ser muy eficaces en la prevención de muchos de estos problemas.

Sin embargo, desde de Sanidad apuntan que en muchos casos el consumidor es el verdadero artífice de las prácticas correctas de higiene en la fase terminal de la cadena alimentaria.

También resulta de gran importancia que el consumidor, en su opción de compra y en sus hábitos alimentarios contribuya a mantener el nivel y garantías de inocuidad alcanzados en las fases previas de la cadena.

Para ello, Sanidad aconseja: no consumir alimentos adquiridos fuera de los establecimientos autorizados, beber exclusivamente agua potable, utilizar sólo agua potable para hacer hielo o lavar adecuadamente las frutas y hortalizas que se vaya a consumir crudas. Además, recuerdan que no debe interrumpirse la cadena de frío y respetar las fechas de caducidad y rechazar los envases abombados, oxidados o deteriorados.

Para prevenir estos daños es imprescindible mantener la limpieza de manos y alimentos, separar los crudos de los cocinados, así como cocer, guisar o asar completamente y mantener los alimentos a temperaturas seguras.

Tipos de intoxicaciones alimentarias

Estos daños pueden estar causados por la ingestión de bacterias o virus vehiculizados en el alimento (infección), tales como: salmonelosis o hepatitis A, o bien por las toxinas previamente formadas por aquellas en el alimento (intoxicación), como: botulismo o gastroenteritis por enterotoxina estafilocócica.

Finalmente, las formas parasitarias en fases concretas de su ciclo evolutivo (infestación) de las parasitosis, pueden derivar en la triquinelosis y la anisakiasis.