¡Viva la Austeridad!

En los primeros años de la década de los dos mil, la deuda pública se situó por debajo del 40% del PIB. Posteriormente, llegó la crisis en 2007, aunque sus efectos fueron visibles en la economía española a partir del año 2008. Vamos por el sexto año de crisis, y la situación no ha tocado fondo.

Mientras tanto, se ha instalado cómodamente en la sociedad el debate de que lo que nos está ahogando es la austeridad. Esto sería un tema divertido de analizar desde el punto de vista de manipulación de la sociedad. Sin embargo, si uno quiere ser mínimamente serio, las cifras comienzan a ser muy preocupantes.

Se suele considerar como regla general, quizá demasiado general, que un país que alcance el 100% de deuda pública tendrá problemas para pagarla. Existen estudios estadísticos que así lo demuestran, excepto en casos muy particulares. España va camino de esto, y sin embargo cada vez se critica con más virulencia la austeridad.

Seamos claros. Gastar mucho más de lo que se ingresa a lo largo de varios años duplicando en volumen y porcentaje la deuda pública no es austeridad, sino lo contrario.

A este aumento de la deuda pública nacional que se está dando en muchos países, hay que añadir los problemas derivados de las medidas puestas en marcha por los organismos internacionales: rescates a diestro y siniestro de países y bancos, barra libre de préstamos a largo plazo para la banca, compra de deuda pública de los países en dificultades por parte del BCE, etc.

Los cientos de miles de millones de Euros empleados en las medidas anteriores son préstamos que hay que devolver, igual que la deuda pública de los países. Hay que aclarar que algunos conceptos están en ambos lados, por lo que habría que eliminarlos si alguien quisiera y tuviera ánimo para calcular el importe total del “problema”.

Por esto, cuando toquemos fondo y comencemos a recuperarnos, habrá un proceso de desapalancamiento (recuperar el dinero prestado) que asusta a cualquiera con conocimiento de causa. Esto, si no quebramos por medio.

Y mientras tanto, se sigue solicitando gastar más porque no gastamos lo suficiente. No lo entiendo.

@arturogarciaal