Claro, que con tal estipendio -240.000 euros al año-, tiene para exprimir y explotar muchos céntimos. Y si no, al tiempo, porque Barreda es de la escuela de Bono y uno de sus mejores alumnos. Aquí me viene a la memoria la estrategia con la que el de Salobre ganó en 1995 a José Manuel Molina, al que Bono colocó el apelativo de arrancacepas por un pequeño terreno que compartía con su familia en una comarca manchega muy sensibilizada con el sector del vino. Quedaban pocos días para las elecciones y las encuestas pronosticaban un resultado ajustado pero favorable a Molina. El asunto de las viñas fue clave en la victoria de Bono.
A todo el que me pregunta por el sueldo de Cospedal le respondo lo mismo: me parece una barbaridad, una desmesura total en los tiempos que corren. Sin embargo, me niego a caer en populismos y demagogia barata porque lo que gana es público y legal. Muchos de los que lo critican callan ante escándalos como CCM, el aeropuerto de Ciudad Real o el sospechoso patrimonio de Bono. A mí me interesa más otra cuestión: que Cospedal deje de ser la secretaria general del PP y se dedique en cuerpo y alma a esta región. Sólo así conoceremos de verdad su discurso y su proyecto. Y esto a mí me preocupa mucho más que su sueldo. ◆