Iban a alquilar “un camión de alto tonelaje”, cargarlo con 125 bombonas de butano y explosivos y “perpetrar un atentado en un lugar simbólico, supuestamente la Sagrada Familia”. Pero cambiaron su plan porque “no tenían la antigüedad suficiente en sus permisos de conducir” (dos años) para conseguir un camión. Entonces, los terroristas “decidieron alquilar tres furgonetas” y atentar “contra tres objetivos” diferentes. Lo explica el primer informe del CNI, hasta ahora secreto, sobre la masacre en Cataluña. Otros documentos policiales apuntan a que el asesino de La Rambla quería conducir matando hasta llegar a la estatua de Cristóbal Colón. Los cuerpos de las víctimas lo impidieron.
Pretendían alquilar un camión “de alto tonelaje”, cargarlo con “un centenar de bombonas de butano y explosivo” fabricado en casa para inmolarse al “perpetrar un atentado en un lugar simbólico, supuestamente la Sagrada Familia”. Son las conclusiones del primer informe realizado por el Centro Nacional de Inteligencia para el presidente del Gobierno al que ha tenido acceso esta revista. Según los datos del informe de inteligencia, los planes de los terroristas se frustraron ya antes de la explosión de su casa okupada en Alcanar (Tarragona), ocurrida a las 23.18 del 16 de agosto. No lograron cometer un atentado suicida al estilo de los realizados con camiones bomba en Irak y Siria porque no consiguieron un tráiler. El informe del CNI, fechado el 18 de agosto, concluye que cientos de personas salvaron la vida en Barcelona porque los yihadistas “no tenían la antigüedad suficiente en sus permisos de conducir” (para que les alquilaran un camión grande). El encargado de una agencia de alquiler de vehículos de Barcelona explicó a esta revista los requisitos para conseguir un gran camión: “Lo único que pedimos es que disponga del carné de conducir tipo C y lleve con él al menos dos años. La antigüedad es importante y suelen pedirla en todas las empresas de renting”.
En cambio, si se pretende alquilar una furgoneta, los criterios son menos estrictos: “solo hace falta tener el carné tipo B, el que sirve para conducir un coche normal. Preferimos que el cliente lleve un año con el permiso, pero no es imprescindible”, señala. Tres furgonetas Por eso, y no por la explosión de su casa, los terroristas de Barcelona cambiaron de vehículo y de plan: el primer informe del CNI sobre la matanza recoge que, entonces, “los implicados decidieron alquilar tres furgonetas para lanzarlas contra tres objetivos”. El 16 de agosto, dos de los asesinos, “Mohamed Hichamy y Younes Abouyaaquob alquilaron dos furgonetas Fiat Talento en la empresa Telefurgo”.
La primera, a las once de la mañana, la segunda, a las cuatro de la tarde. Esa noche, varios terroristas estaban en la casa de Alcanar (Tarragona) donde tenían, según el informe del CNI, 120 bombonas de butano. Guardaban cinco más dentro de un Peugeot 306 que estaba aparcado allí. A las 23.18, cuando trataban de fabricar el explosivo TATP (con acetona, peróxido de hidrógeno y otros componentes), todo estalló. Mohamed Houli estaba en la cocina fregando y salvó la vida. El informe del CNI y otros datos recogidos por los Mossos d’Esquadra incluyen su confesión: “llevábamos un año preparándolo” y “podíamos haberlo hecho desde hace mes y medio”; es decir, desde primeros del mes de julio.
El documento reservado del CNI explica que los terroristas “siguieron el modelo de la edición” del número 3 de la revista Rumiyah (Roma), órgano de propaganda del Estado Islámico, disponible en internet desde diciembre de 2016. Otros dosieres reservados sobre el atentado de los Mossos y los servicios de información completan los hallazgos del CNI.
Así, se explica que entre los restos de la casa de Alcanar se encontró “el NIE de Abdelbaki es Satty”, el imán de Ripoll y líder del grupo. Entre los cascotes se hallaron también tres orejas humanas. Una corresponde al imán, otra al terrorista Youssef Aallaa y la tercera estaba sin atribuir al cierre de esta edición. En la casa quedaron también una pistola tipo Táser, contenedores de ácido, siete pulsadores, algunos con cable, y veinte envases de acetona con unos cuatrocientos litros adquiridos “en tiendas de pintura de Tortosa (Tarragona)”.
Los yihadistas se hicieron con otros materiales (clavos, tornillos...) en “una empresa que trabaja el hierro”, según el terrorista superviviente. Parte del dinero para comprar esos productos lo consiguieron, según los informes de inteligencia, vendiendo anillos y otras joyas, “en Vinaroz”, una localidad de la provincia de Castellón situada apenas a 13 kilómetros de la casa de Alcanar. Tras la explosión y la muerte del imán y otro terrorista, los miembros del grupo alquilaron al día siguiente la tercera furgoneta, una Renault Kangoo. Lo hizo, según los informes, Mohamed Hichamy (muerto luego en Cambrils) a las 12.58 horas en una empresa de alquiler de coches de Parets del Vallés, a 25 kilómetros de Barcelona. A las 16.51 horas del 17 de agosto se produce una segunda explosión en la casa de Alcanar. Exactamente a esa misma hora, Younes Abouyaaquob irrumpe en La Rambla de Barcelona al volante de la Fiat Talento.
Dado que en la casa había también detonadores y cables, el CNI y los Mossos investigan si no fue una mera coincidencia horaria y los terroristas habían planeado ataques sincronizados.
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