Isover-Guadalajara, de nuevo en conflicto

Isover estuvo parada ayer durante las dos horas de paro en los turnos de la mañana y de la tarde. Sólo en el turno de noche pudo la empresa arrancar la producción, y sólo en la línea que continúa afecta por el ERTE. Los paros se repetirán mañana, día 26; y el sábado 28.

El conflicto se ha originado por la decisión de la empresa de imponer sus propias decisiones sobre reparto de trabajo y sobre horarios a aplicar a los trabajadores adscritos a las dos diferenciadas líneas de producción, la de Lana de Roca y la de Lana de Vidrio.

Toda la plantilla de Isover está inmersa en una regulación temporal de empleo en el año 2013, acordada en su momento, que mantiene en suspenso a cada trabajador entre 12 y 81 días a lo largo de este año dependiendo del departamento y línea de producción.

El pasado mes de julio, cuando a cada trabajador le quedaba por cumplir aproximadamente la mitad de las jornadas de suspensión de contrato, la empresa anunció la entrada de un nuevo e importante pedido que iba a requerir un incremento del funcionamiento de la línea de Lana de Roca, con lo que los trabajadores adscritos a ella dejarían de estar afectados por el ERTE y, además, tendrían incluso que hacer más jornadas de las anuales pactadas.

En la negociación de esta propuesta con el Comité de Empresa, ambas partes alcanzaron un principio de acuerdo a partir de la reclamación de los representantes de los trabajadores de un reparto más equitativo de la nueva carga de trabajo.

Empresa y Comité preacordaron reducir en cinco días el ERTE a los trabajadores de la línea de Lana de Vidrio, de forma que se socializaba mejor el reparto de la carga de trabajo y permitía a todos unos turnos de libranza más desahogados.

Sin embargo, la Asamblea de Trabajadores consideró insuficiente este acuerdo por considerar que aún era posible y conveniente una distribución más equitativa del trabajo y, a la vez, una mejor distribución horaria para todos.

El Comité, asumiendo el mandato de la Asamblea, planteó a la empresa la reapertura de la negociación, con las directrices marcadas por la asamblea de trabajadores.

La respuesta de la empresa, sin embargo, fue negarse en redondo e imponer un nuevo calendario utilizando la flexibilidad pactada en convenio colectivo que permite incrementar las jornadas a cuenta del año siguiente pero sin pactar este calendario con la representación social, de forma que sólo se ha suspendido el ERTE a los trabajadores de la línea de Lana de Roca, que a su vez tienen que afrontar unas jornadas semanales desorbitadas y sin conocer cuando van a disfrutar de los descansos compensatorios correspondientes. Entre tanto, se mantiene el ERTE para el resto de la plantilla de las otras líneas productivas.

CCOO planteó al Comité responder a esta imposición de la empresa con la convocatoria de paros añadiendo algunos otros temas que afectando a pequeños colectivos no han conseguido resolverse en las conversaciones con la empresa, para forzar a la dirección a reabrir la negociación. Sin embargo, aunque los motivos son compartidos de las otras dos secciones sindicales con presencia en Isover Guadalajara únicamente USO apoyó esta iniciativa mientras que UGT consideraba que no era el momento para iniciar una movilización, así pues los paros han sido convocados finalmente por la mayoría del comité compuesta por CCOO y USO.

“Instamos a Isover a volver a la mesa de negociación. Mejor pactar que imponer”, recalca Ramón de la Cruz, delegado sindical de CCOO en Isover-Azuqueca, quien lamenta la posición de UGT, pero destaca el fuerte respaldo de los trabajadores a los paros. “Al fin y al cabo, lo que tratamos es de abrir paso al mandato de la asamblea, que nos reclamó y nos sigue reclamando un reparto más equitativo de la carga de trabajo y unos horarios que permitan descansar al menos 24 horas seguidas a la semana y algún fin de semana completo”

Isover-España, que cuenta en nuestro país con cinco plantas y alrededor de un millar de trabajadores, ya vivió un largo conflicto laboral en los pasados meses de marzo y abril, debido a las pretensiones de la empresa en la negociación del convenio colectivo y ante el descuelgue salarial que trató de imponer a su plantilla. Ambas partes alcanzaron un acuerdo tras 18 jornadas de huelgas.