Alocén, paz junto al mar de Castilla

La andadura de este hotelito comenzó en 2006 y, desde entonces, se ha ido ganando poco a poco el respeto de sus clientes. Cada rincón de esta antigua casona restaurada está pensado para el disfrute de los sentidos. Chus Cárdenas se esfuerza para que el visitante se sienta como en casa, pero mejor.
La cocina
Chus es la encargada de la cocina. Con esmero elabora una carta estacional compuesta por los guisos e ingredientes de siempre dotados de un toque de frescura y modernidad. Mientras que en verano otorga un mayor protagonismo a las verduras e incluye más marisco en sus platos, con exquisiteces como el tartar de atún rojo con vinagreta de mostaza y soja, en otoño trabaja con dedicación distintos tipos de setas naturales como la seta de cardo, el boletus o las amanitas.

Durante todo el año triunfan los ibéricos de calidad y las croquetitas caseras, y en cada plato está asegurada la excelencia. Chus cuenta que en ocasiones resulta complicado adquirir los mejores productos a buen precio debido al pequeño tamaño del establecimiento, y añade: “Además, hay muchos proveedores que prefieren no desplazarse hasta aquí”. La solución, muchas veces, pasa por ir yo misma a hacer la compra. Además, en hostelería ser mujer y joven es muy complicado.”
La bodega
Uno de los aciertos de La Posada de los Pantanos es una bodeguita que se mantiene a una temperatura constante de manera natural conservando los tintos de las denominaciones más representativas de nuestra geografía, así como vinos de Pago. Chus ha concebido una nueva manera de sugerir un vino: charlar con el cliente al tiempo que éste contempla las distintas botellas.
Las habitaciones
Cada una de las seis estancias tiene un nombre diferente: El Pantano, El Espliego, Los Olivos, El Pinar, El Jardín y El Castillejo.

A nadie sorprende que los mejores clientes de esta posada sean parejas de enamorados. Sin embargo, no se debe despreciar la capacidad del establecimiento para albergar reuniones de trabajo y convenciones. En cualquier caso, tómese estas líneas como un regalo, y acérquese a darse un respiro.◆