El Belén Viviente de Galápagos ha cumplido su decimo primera edición, y lo ha hecho con un rotundo éxito. Cerca de 2.000 personas han podido disfrutar de una puesta en escena en la que se implica buena parte del pueblo.
Más de 130 personas de todas las edades participan en una iniciativa que cada año intenta mejorar con la incorporación de algunas novedades, aunque respetando el sentido religioso de lo que significó el nacimiento de Jesús y aquellos días previos al acontecimiento que marcaría para siempre la historia.
Un total de 15 escenas, desde la Anunciación al Ángel hasta la Adoración al Niño, se van sucediendo ante la atenta mirada de cientos de visitantes que siguen con interés la representación en distintas localizaciones del municipio.
Cabe destacar las escenas en la fachada principal del Palacio de Galápagos, edificio barroco del siglo XVIII, y los patios traseros, que es el marco perfecto para el Belén Viviente.
Con pases cada 10 minutos en grupos de más de medio centenar de personas, han sido miles los vecinos y visitantes que este año han disfrutado de esta iniciativa. Además, para hacer la espera agradable y paliar el frío, el silo de Galápagos se convierte este día en lugar de encuentro y acogida donde se puede disfrutar de un buen caldo caliente o un chocolate con dulces caseros. Voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja llevan también a cabo un trabajo importante en el desarrollo de la jornada.
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