Le llamaron K2 en los informes de la operación Kitchen. Sergio Ríos, el chófer de Luis Bárcenas y su esposa, Rosalía Iglesias, fue captado por agentes de los servicios de información en plena crisis política de Rajoy y sus sms para saber los planes de Bárcenas, dónde escondía el dinero y con quién se reunía su mujer mientras él estaba en la cárcel. En 2015, meses después de dejar a la familia Bárcenas, Ríos ingresó en la Policía Nacional, donde sigue. Primero se llamó proyecto K. Luego, operación K (por kitchen, cocina en inglés). La intención era entrar hasta ahí, hasta el fondo de la vida de Luis Bárcenas, entonces encarcelado, y su esposa, Rosalía Iglesias. Un grupo de agentes de la Policía Nacional (algunos dentro de lo que se ha llamado policía patriótica) realizaron misiones especiales para conocer dónde escondía el dinero Bárcenas y, no con menos energía, los planes del tesorero y las gestiones de su esposa, las posibles bombas que pudiera tener después del mazazo de la publicación en el diario El Mundo (en el verano de 2013) de aquellos sms del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: “Luis, sé fuerte”.
El proyecto K hizo que varios investigadores trataran de reclutar confidentes en el entorno más íntimo de los Bárcenas. Lo hicieron con al menos siete personas, que fueron bautizando con los nombres en clave y correlativos (K1, K2...). Entre esas personas fue contactada la propia asistenta de los Bárcenas, una mujer latinoamericana llamada Victoria. También lo fueron, según ha podido saber esta revista, otros amigos de la familia y un preso colombiano que compartió módulo con Bárcenas en la cárcel de Soto del Real (Madrid), donde el exsenador estuvo entre el 27 de junio de 2013 y el 21 de enero de 2015. Ese recluso fue bautizado como K7 en la operación Kitchen.
Uno de los informes policiales recoge que “respecto a los datos facilitados por K7, se confirma que LB, con ocasión del tiempo de internamiento, contactó con un sujeto dominicano, quien le había asegurado que por una cifra cercana a 50.000 euros podría encriptar o desactivar todos los datos que en su día LB escondió en un espacio en internet (nube) no estando aún claro si pretende con dicha actuación ocultar o recuperar dichos datos”. Otros de los informadores captados por los policías en aquellos meses ofrecían información sobre el dinero de Bárcenas. Así, el informe de octubre de 2014 recoge que K3 ha avisado de que “la mujer de LB ha contactado con un tal Oliver Zugel” (cuyo número de pasaporte alemán se da).
El informe apunta que Zugel podría estar ayudando como testaferro a ocultar o mover el dinero de los Bárcenas. El alemán,según el informe, aparecía también ya en las investigaciones “como fiduciario de los Pujol en ciertas operaciones que se realizaron en México, en actividades vinculadas a clubs de polo y de golf, así como el movimiento de efectivo proveniente de casinos de juego”.
Pero sin duda el informador más valioso fue el chófer de los Bárcenas. Un informe de la operación Kitchen fechado en octubre de 2014 que, según fuentes del caso, fue entregado al entonces director adjunto operativo de la policía explica que “se está intentando retomar la relación que se mantenía con el colaborador K2, si bien con el resto todo continúa como se organizó desde el principio”. Los agentes escriben que el chófer está “muy inseguro”, que siente que “el entorno de LB recela de sus actividades y que tiene que justificarse continuamente cada vez que abandona el domicilio”. Sin embargo, les facilita informaciones muy valiosas.
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