Comunicación y afición

El proceso de prohibición de los toros en Cataluña ha dado una visibilidad al sector taurino ante el conjunto de una sociedad hastiada de interdicciones e imposiciones de todo tipo. Puede que el huracán negativo de la crisis económica dificulte toda empresa. Pero también es cierto que anima a sus impulsores a un mayor valor y creatividad.

Por eso, la inauguración del nuevo canal temático taurino del grupo Prisa, con participación de Telecinco y Antena 3 es una buena noticia. El Canal+Toros, que se emite desde el pasado miércoles, veinticuatro horas al día, 365 días al año, es una apuesta brava. Además de documentales, debates, informativos y corridas históricas, tiene previsto acercar a los aficionados, en Europa y en América por satélite, y en el resto del mundo a través de internet, hasta ciento treinta y cinco festejos esta temporada. Cuando los timoratos catalanes se mesan los cabellos sin encontrar un ángel que se los financie y algunos animalistas imbecilizan la naturaleza, es de recibo valorar la decisión de una empresa de echar así la pata pa’ lante en relación con el mundo del toro, buscando poner de relieve los valores que le son inherentes.

Es de suponer que, además de valiente, partiendo de un grupo empresarial poco dado a las improvisaciones, la apuesta se basa en un conocimiento del mercado que hace interesante el proyecto comercialmente. Mejor que mejor. Las empresas han de encontrar su viabilidad de acuerdo con su valor real, tangible para los que compran su producto.

No es la primera vez que un medio de televisión ensaya un canal temático taurino. Ya lo hizo en su día Vía Digital. Y el reto de Canal+ es de nuevo lograr una audiencia suficiente para mantenerse en la parrilla.

Medios y Audiencias
Tampoco es el único medio de comunicación volcado con el toro. Medios existen. Guadanews es un buen ejemplo de ello. Y es necesario calificar y cuantificar con precisión la información taurina. La difusión y audiencia que tienen los toros en el conjunto de soportes de comunicación internacionales, nacionales, regionales y locales, revistas especializadas, programas, portales de internet, televisiones y radios que informan puntual o detalladamente a millones de aficionados, es enorme.

A la crisis por los cuernos
Se habla de crisis en los toros, pero no abundan en el planeta empresas, actividades o partidos que puedan comparársele en número y calidad. La afición al fútbol, por poner un ejemplo, no es una. Manejada por unos pocos grupos de poder, se ve atomizada por la multitud de equipos, escudos y banderas que las dividen y enfrentan. La ruina actual que padecen numerosos equipos no es ajena a este hecho.

El toreo, como reafirmación de la vida a través del arte, y el campo bravo, como ejemplo de economía ecológica y sostenible, trascienden las fronteras, los equipos y los partidos. Es cierto que uno puede emocionarse más con un torero que con otro, con una u otra ganadería, pero el aficionado taurino lo es sobre todo al toro y al toreo. Propiciando una infraestructura comercial que para sí quisieran empresas como el mismísimo Corte Inglés, que comprende miles de plazas, con capacidad para convocar y reunir a decenas de millones de ellos, ya va siendo hora de que tomen conciencia de su fuerza, de que hagan valer sus derechos y oír su voz.

A los toreros, a los ganaderos y a las empresas taurinas, que sufren de un exceso de endogamia individualista, les conviene mejorar su logística y mirar hacia los tendidos si de verdad pretenden prosperar.

El “acojono” de los patronos de empresas y gobiernos por las llamadas y mails de cuatro antis desaforados cuando se significan mínimamente a favor de la fiesta, es ridículo si lo comparamos con el respeto que merece una afición taurina con millones de reservistas en sus filas. Activistas cívicos y bien educados, pero no idiotas, que son los que pueden lograr hacer valer sus intereses, y con ellos, los de todo el sector.

Intentar capear el temporal de espaldas al tendido y a los medios de comunicación, con la reducción de gastos e ingresos como único modus operandi, es cavar su propia tumba.

A los comunicadores taurinos también nos compete integrar e interesar al conjunto de los aficionados si queremos romper esa barrera psicológica que aleja la publicidad de marcas y empresas de nuestros soportes y limita la difusión de nuestros contenidos informativos. El cómo hacerlo no tiene porqué ser ciencia infusa ni difusa. Y desde estas páginas, con la colaboración de lectores, espectadores, profesionales y aficionados, les hablaremos de ello, así como del papel que desempeñan los toreros, los ganaderos y las empresas como protagonistas de la fiesta.

Texto: Carlos Arévalo Nonclercq