No obstante, los puestos, la música y alguno que otro acto animó los visitantes que se quisieron acercar a este pueblo alcarreño. Como en años anteriores había puestos de todos los tipos donde podías comprar desde cestas, hasta ropa y accesorios. Sin embargo, como suele pasar en casi todas las ferias los lugares más concurridos son los puestos dedicados a la comida y a la bebida.
Aunque en algunos momentos la lluvia hizo acto de presencia, respetó algunas de las actividades que tenían preparadas como las demostraciones de la Escuela de Folklore que tuvieron lugar el sábado por la mañana y en las que los visitantes y vecinos pudieron ver alfarería, carpintería y labores.