Vuelta de la excelencia al Pedro Escartín

Por fin ocurrió, no hablamos de la victoria, tampoco de la goleada, ni siquiera del hecho de que el Deportivo Guadalajara haya vuelto a situarse en puestos de play off 21 jornadas después. Fútbol, fútbol y buen juego, desparpajo, dinamismo, toque, profundidad, verticalidad, ritmo, velocidad, presión... todo ello sin olvidarnos de la inexpugnable defensa, que se presuponía iba a mostrarnos el Deportivo esta temporada, al contar con una plantilla plagada de buenos jugadores.

Cuatro goles en un encuentro del que sólo habría que borrar los primeros 15 minutos, momentos, únicos estos, en los que el rival y filial rojiblanco llevó algo de peligro sobre la portería de Mikel Saizar. A partir de ahí, también debido a la expulsión de Regalón, por parte visitante, el conjuntomorado fue dueño y señor del partido.

Juanjo en dos ocasiones, Aníbal y Oya fueron los encargados de anotar los cuatro tantos que hundieron a un Atlético Madrid B que venía en una clara tendencia ascendente, cortada ésta con insultante superioridad por un Depor lanzado, que nos volvió a mostrar su mejor versión.

Delanteros con pólvora
Jorge, el capitán, regresaba con acierto al centro de la zaga, Javi Soria y Oya dirigían con inteligencia a los suyos desde el círculo central y, mientras, el mejor hombre del equipo alcarreño en lo que llevamos de campaña, Ernesto (volvió a serlo), se movía como pez en el agua en su hábitat natural, la banda, la cal y los espacios generados a las espaldas de los laterales, surtiendo sin desfallecer, uno tras otro, de balones, que posteriormente se convertirían en asistencias de gol a sus compañeros, más efectivos de lo habitual.

Fue un lujo ver a un equipo en el que todos participaron, en mayor o menor medida, los jugadores disfrutaron haciendo vibrar, a su vez, a una grada por fin entregada, sin tapujos ni escepticismos. Todo va encajando, los delanteros marcan, los extremos profundizan y centran (ya no están solos), los mediocampistas distribuyen... y los defensores a lo suyo, firmes y sólidos. Queda claro que cuando los morados juegan con dos delanteros, todo parece más fácil.Con un 2-0 se llegó al descanso. Sin embargo, el rival no fue tal, desaparecido, insidioso, desbordado, desorientado. Oya y de nuevo Juanjo finiquitarían una victoria que sitúa a los de Guadalajara cuartos en la clasificación, los de cabeza no dejan de ceder y, por fin, enlazando dos victorias consecutivas, se ha sabido aprovechar esta circustancia. Crucemos los dedos, que siga la racha.