Segúndo encierro limpio y rápido en San Fermín

Desde el inicio, los toros se han dejado conducir por los cabestros y prácticamente hasta la salida de la Plaza del Ayuntamiento no ha habido carreras propiamente dichas, con los toros muy tapados. A partir de ese punto uno de los morlacos ha mostrado su intención de coger la delantera y así ha llegado a la curva de la Estafeta. Otros dos de sus hermanos lo han seguido y la salida de la curva ha vivido uno de los momentos más peligrosos del encierro, cuando varios mozos han sido arrollados por los toros y algún cabestro. Uno de ellos cuando intentaba levantarse tras caer al suelo, en un grave error que le pudo costar caro.

La larga recta de la Estafeta se ha planteado como el marco ideal para correr: tres toros por delante, otros tres por detrás menos hermanados y una velocidad moderada. Algunos de los corredores habituales se han hartado de exhibirse ante los cuernos astifinos de los toros, con pocos montones, caídas y percances.

El final de Estafeta y el vallado de Telefónica han vuelto a ver atemperada la velocidad del grupo y apenas se han registrado incidentes. La entrada a la plaza, sin embargo, ha podido ser problemática: los tres primeros toros se han despistado y han vuelto sobre sus grupas al no encontrar la entrada a los toriles. Sin embargo, los cabestros que venían detrás y después sus propios compañeros de manada les han marcado el camino para concluir la carrera en poco más de dos minutos. Un encierro bastante sencillo, sin heridos por asta de toro y apenas contusionados.