Tribuna Abierta
¿Están los jóvenes de hoy en día mejor preparados que los jóvenes de antes?
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:14h
No es extraño en mi vida personal, y creo además debe ser así, el que me detenga y dedique un rato del día a charlar sobre los temas de actualidad con los familiares, amigos, conocidos o incluso extraños, tanto en casa, en la cola del supermercado o incluso cuando una se está dando un paseo. Hace unos días, en Brihuega, me encontré con un compañero del ámbito educativo, y mantuvimos una conversación muy interesante referida a diferentes aspectos del mundo educativo. Grandes discrepancias.Coincidíamos en temas muy puntuales como que el trabajo por la excelencia es una de las asignaturas pendientes de nuestro sistema. SIGUE
La verdad que este debate me resultó muy interesante. Fuimos capaces con gran serenidad y tranquilidad de escucharnos y de plantear posiciones muy diferentes. Además, me ayudó a reordenar ideas y se “puso encima de la mesa” una cuestión muy discutida: “si los jóvenes de hoy en día están mejor preparados que los de antes”.
Su opinión era que sí. Consideraba que lo que ha logrado el sistema educativo actual, no se ha conseguido antes, puesto que “nuestros jóvenes están mejor preparados que los de antes”. Sí, el sistema actual tiene sus fortalezas: tasas cercanas al 100% de escolarización entre los 3 y 16 años, mejoras en los niveles de formación si comparamos la población de 55 a 64 años con la de 25 a 34 años o la mejora en la situación de la mujer con el aumento de las tituladas en ESO. Pero eso, a mi parecer, no lleva parejo el que podamos alardear de grandes avances de nuestro sistema educativo, ni que por ello nuestros jóvenes estén mejor preparados que los de antes.
Los datos actuales nos indican que las políticas educativas de los últimos años nos han llevado a unos resultados internacionales educativos desfavorables, baja tasa de alumnos que termina la ESO, tasa alta de abandono temprano, pocos alumnos excelentes y grandes diferencias entre comunidades autónomas. Además la mayor parte del profesorado considera necesario un estudio en profundidad y una revisión a fondo del sistema educativo .
Tenemos que cumplir el compromiso con Europa de reducir la tasa de abandono temprano por debajo de un 15% en el año 2020, pero sobre todo, tenemos el compromiso con la sociedad española de poner en marcha una ley eficaz para la mejora de la calidad educativa que asegure un mayor futuro para nuestros jóvenes y en sí para nuestra sociedad.
La otra cuestión: si nuestros jóvenes están mejor preparados, pues “todo depende”. Sí, depende de lo que entendamos por estar mejor preparados. Actualmente, aquellos jóvenes que han finalizado su formación académica o profesional, o se están preparando, y que creo deberían ser muchos más de los que son ahora, han tenido más opciones de aprender idiomas, de dominar las nuevas tecnologías, de acceder a la información a través de diferentes medios, de trabajar más en equipo, de acercarse a la cultura en edades más tempranas o de poder aprender de otras culturas. Mucho más de lo que lo hemos podido hacer los que ya no somos tan jóvenes. Pero eso no significa que sepan mejor cálculo, ortografía, cultura general, respetar a los demás o a ser críticos. Eso no siempre va acompañado con que sean más autónomos, reflexivos, que sepan desenvolverse por si mismos, que entiendan sobre la importancia de esforzarse para dar lo mejor de uno mismo o que comprendan que no todo son derechos sino también tenemos deberes como personas, ciudadanos o trabajadores.
Tenemos jóvenes muy bien preparados, pero tenemos que aspirar a que sean aún más. Debemos aprovechar los avances de nuestra sociedad para favorecer su formación y preparación, pero también debemos retomar determinados valores que han ido desapareciendo, con las políticas educativas socialistas de los últimos tiempos, y que necesitamos para estar mejor preparados. Por ejemplo el esfuerzo, el interés por el trabajo bien hecho, la motivación de logro y superación, o el verdadero sentido de la equidad, es decir, de poder organizar un sistema educativo que permita el desarrollo de los talentos de diferente naturaleza, y no pretendamos que todos vayan por el mismo camino, intentando hacernos creer que eso es igualdad de oportunidades.
Fdo.: Ana M. González García
Senadora PP por Guadalajara