La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado un paso significativo en la lucha contra la obesidad, una problemática que afecta a más de 1000 millones de personas en todo el mundo. A través de sus primeras directrices, la OMS aborda el uso de análogos del péptido glucagonoide de tipo 1 (GLP-1) como tratamiento para esta enfermedad crónica, que puede presentar recaídas.
La obesidad no solo es un desafío sanitario global, sino que también está vinculada a aproximadamente 3,7 millones de muertes anuales. Las proyecciones indican que, sin intervenciones efectivas, para 2030 el número de personas afectadas podría duplicarse.
Nuevas recomendaciones y su contexto
Desde septiembre de 2025, los análogos del GLP-1 figuran en la Lista de Medicamentos Esenciales para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Las nuevas directrices ofrecen recomendaciones condicionales sobre su uso, buscando apoyar a quienes enfrentan este grave problema mediante un enfoque integral que incluye alimentación saludable y actividad física regular.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, enfatiza: «La obesidad representa un enorme reto para la salud pública mundial. Nuestras nuevas directrices reconocen que esta enfermedad crónica puede ser tratada con atención integral y a lo largo de toda la vida». Según él, aunque los medicamentos son parte de la solución, no son suficientes por sí solos.
Un enfoque multifacético hacia la obesidad
A pesar de ser considerados como una opción terapéutica eficaz para adultos con obesidad, las directrices subrayan que el tratamiento farmacológico debe ir acompañado por un cambio social más amplio. Para abordar adecuadamente este problema se requiere:
- Desarrollar entornos saludables mediante políticas poblacionales robustas.
- Proteger a individuos en alto riesgo a través de evaluaciones e intervenciones tempranas.
- Asegurar atención continua centrada en cada persona.
Desafíos en la implementación
Las directrices también destacan la necesidad urgente de garantizar acceso equitativo a los tratamientos con análogos del GLP-1. Sin políticas adecuadas, existe el riesgo de agravar las desigualdades existentes en salud. La OMS insta a mejorar la producción y asequibilidad para satisfacer las necesidades globales; se estima que incluso con una producción acelerada, menos del 10% de quienes podrían beneficiarse tendrán acceso a estos tratamientos para 2030.
A medida que avanza esta iniciativa, se han planteado estrategias como compras mancomunadas y precios escalonados para facilitar el acceso. Estas directrices son parte del Plan de Aceleración de la OMS para Poner Fin a la Obesidad, y se actualizarán conforme surjan nuevos datos relevantes.
Puntos clave sobre el tratamiento con GLP-1
La OMS define la obesidad en adultos como un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30. Los agonistas del receptor GLP-1 no solo ayudan a reducir niveles glucémicos y favorecen la pérdida de peso, sino que también disminuyen riesgos asociados como complicaciones cardiacas y renales. Las recomendaciones abarcan tres principios activos: liraglutida, semaglutida y tirzepatida.
No obstante, el aumento en demanda ha propiciado también el surgimiento de medicamentos falsificados o subestándar. Para asegurar calidad en los tratamientos es crucial regular su distribución y prescripción por profesionales calificados.
Finalmente, se anticipa una comunicación especial en la revista JAMA, contextualizando estas directrices y su impacto potencial en el manejo global de la obesidad.
La noticia en cifras
| Cifra |
Descripción |
| 1000 millones |
Número de personas afectadas por la obesidad en el mundo. |
| 3,7 millones |
Defunciones asociadas a la obesidad en 2024. |
| 2030 |
Año en que se estima que se duplicará el número de personas con problemas de obesidad si no se toman medidas. |
| USD 3 billones |
Costo global estimado de la obesidad para 2030. |