Sin embargo, no todos son buenas noticias. Y es que este contexto empuja a los gastos impulsivos, algo que puede acabar siendo muy problemático. El consumo digital tiende a asociarse con compras rápidas o suscripciones que se acumulan sin darnos cuenta. Para evitarlo, es importante la educación financiera de los usuarios, con el fin de que no inviertan más de lo que tienen.
Tiene especial relevancia la opción de contar con una buena estrategia de prácticas que combinen un disfrute claro del ocio online y un gasto sostenible y responsable. Elementos como los bonos sin depósito explicados en esta guía son una clara muestra de los conceptos que hay que conocer, con el fin de entender que las promociones digitales traen claros riesgos asociados a ellas.
Un escenario social y económico en constante cambio
Es evidente que el gasto de dinero relacionado con el ocio online que existe en Castilla-La Mancha, no puede separarse de la realidad social y económica que viven las familias de esta región. España navega por un momento de precios cambiantes, y en muchas casas ha sido necesario ajustar al máximo los presupuestos. Sin embargo, esto no siempre es posible, por el propio desconocimiento de los individuos de cómo llevar a cabo estos procesos.
Algunos análisis apuntan que solo el 19% de los españoles entiende conceptos básicos de finanzas personales, entre los que podemos encontrar inflación, tipos de interés o diversificación de riesgo. El hecho de ignorar todo esto es claramente problemático, ya que acaba desembocando en un gasto en consumo, a nivel general, sin ningún tipo de estrategia.
Por otra parte, Castilla-La Mancha está viviendo una transformación en el ámbito laboral y social que repercuten, como no podría ser de otra manera, en los hábitos de gasto en ocio. Por todo ello, cada vez gana más peso la necesidad de dar a la población herramientas para gestionar mejor sus gastos.
Estrategias para evitar gastos impulsivos en ocio online
Existen una serie de pasos que se pueden seguir con el objetivo final de no incurrir en gastos impulsivos cuando se consume ocio online.
Elaborar un presupuesto digital
No se diferencia demasiado de lo que se hace con otros gastos, como los del hogar o los de la compra. Es necesario establecer con cuánto dinero se cuenta para entretenimiento online cada mes, con el fin de adaptar las suscripciones a esa cantidad.
Diferenciar entre necesidad y capricho
¿Es todo imprescindible? La respuesta a esa pregunta es clara: no. Pues esa cuestión hay que planteársela siempre antes de aceptar una suscripción o comprar un contenido, con el fin de ver si realmente es un capricho o no.
Evitar el “clic rápido”
Las plataformas de ocio online tienden a contar con procesos de compra tremendamente ágiles para que el usuario no se lo piense dos veces. Por tanto, esa reflexión por parte del comprador debe de ser algo propio, con el fin de evitar comportamientos impulsivos y llevar a cabo cada acción de forma razonada.
Promociones sí, pero con cabeza
Los bonos y descuentos tienen un gran atractivo, pero siempre hay que consultar su letra pequeña. Ya sean de bienvenida o de cualquier otro tipo, es recomendable comprobar las condiciones de retirada, los límites de uso y si realmente aportan algo.
Control de pagos automáticos
En ocasiones, se multiplican los gastos en ocio online porque existe un olvido a la hora de cancelar la suscripción. Es recomendable revisar periódicamente las domiciliaciones y dar de baja aquello que se utilice.
El reto pendiente: una educación financiera y digital
Parece claro, que al igual que en el resto del estado, el conocimiento financiero por parte de la población de Castilla-La Mancha es muy bajo. Esta situación, contribuye decisivamente a que exista una enorme vulnerabilidad en lo referente a los impulsos de gasto en el entorno digital. Por ello deben promoverse iniciativas educativas, tanto desde los colegios como las asociaciones, con el fin de dotar a la ciudadanía de las herramientas necesarias.
Esta educación también debe centrarse en el aspecto digital. Ser capaz de identificar patrones de consumo poco responsables, mensajes publicitarios encubiertos o esos momentos en los que se le dedica demasiado tiempo a una actividad de ocio online puede resultar clave.
Por supuesto que en todo este asunto tienen un papel fundamental las instituciones. El gobierno autonómico debe impulsar campañas que sensibilicen sobre el consumo digital responsable, así como dar apoyo a jóvenes y familias que demanden una mayor atención en este ámbito.