Lo hizo de forma tan inesperada como brillante, puesto que a su victoria inapelable ante el Usanos (1-3), equipo que hasta hace pocas jornadas tuvo posibilidades de vencer en la liga, se unió el pinchazo de Caraquíz en el Jerónimo de la Morena de Guadalajara ante el Dínamo B (1-0). Los capitalinos se convirtieron en inesperados jueces del campeonato.
“Nos temíamos a nosotros mismos que a cualquiera de nuestros rivales, pero ayer lo dimos todo”, resumía el míster setero, Carlos del Cerro. Después de los tradicionales problemas que ha sufrido el Quer en campos de tierra, ha sido precisamente en uno de ellos en el que se ha proclamado campeón. “Hemos mejorado mucho en esta superficie y en general fuera de casa, y, pese a que hemos fallado en algunos, como frente al Cifontino, hemos ganado en Yebra y en Sacedón, campos muy complicados”, señala el entrenador como una de las claves del campeonato.
El Quer saltó ayer al municipal de Usanos en medio de un ambiente especular en la grada. Los seteros empezaron muy serios, pensando sólo en su partido. El primer gol llegó en un pase espectacular de Rubén de Blas que Chuco definió a la perfección en el minuto 2. “Rubén ha ido de menos a más en la temporada. Ayer volvió a hacer un partidazo, como en todo el tramo final de la liga”, comenta Carlos del Cerro.
Espoleado por el gol, el Quer fue una apisonadora. Tomás, Cesar y Chuco volvieron loca a la defensa local con constantes intercambios de posiciones y una velocidad endiablada en la ejecución. Los seteros pudieron ampliar el marcador en varias ocasiones, pero la pelota no quiso entrar y, en una jugada a balón parado en un saque de banda, Enrique Rubio hacía el empate en un buen remata de cabeza, libre de marca. “No les dije nada a mis jugadores, porque salvo ese despiste, lo demás lo hicieron perfecto”, añade el míster.
El Quer siguió tratando el balón como sabe hacerlo. Antes del final de la primera parte, tuvo su premio con el 1-2. Guille remató desde el segundo palo una falta lateral a la red para llevar el delirio setero a la grada. Así terminó la primera parte.
Tras el paso por el vestuario, el Quer volvió a la carga con la misma seriedad y tesón, pero le tocó sufrir. “Sabíamos que el Usanos iba a apretar, y lo hizo”, prosigue. En los diez primeros minutos los locales replegaron al Quer en su cancha, y tuvieron sus ocasiones. Los seteros, conscientes de lo que se jugaban, se desperezaron y volvieron a crear peligro, llegándose a convertir en un vendaval de juego. Los rojillos estrellaron dos balones en la madera antes del gol de la tranquilidad que marcó Miguelín en una jugada individual en la que terminó batiendo con la izquierda y raso al portero. La alegría setera, después de tres años con aspiraciones serias de ganar, fue indescriptible. “Mi mujer estaba viendo el Caraquíz-Dínamo B, y sabíamos que teníamos muchas posibilidades de ser campeones. Cuando se confirmó, vivimos unos momentos muy bonitos. Todo el equipo se emocionó”, termina Del Cerro.
El Quer ya es matemáticamente campeón, puesto que el que ahora es segundo, el Albalate, queda a tres puntos con peor balance entre los enfrentamientos entre ambos equipos.
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