La Fábrica de la Tele deberá pagar 800.000 euros a Alfonso Merlos por "una intromisión ilegítima" en el 'Merlos Place'

La Fábrica de la Tele ha sido condenada a indemnizar con 800.000 euros al periodista Alfonso Merlos, según ha desvelado Periodista Digital, por el caso 'Merlos Place', uno de los mayores escándalos que se han vivido en televisión en los últimos años.

Los hechos se remontan a 2020, durante el período de la pandemia, cuando la reportera de Mediaset Alexia Rivas apareció semidesnuda pasando por detrás del periodista, mientras éste estaba realizando una videollamada para un programa con Javier Negre.

En aquel momento, el periodista tenía una relación con la colaboradora de televisión Marta López, por lo que aquella aparición destapó la infidelidad de Merlos, quien después demandaría a la Fábrica de la Tele por tratar el asunto todo lo que pudo en uno de sus programas, concretamente en Sálvame.

Cuatro años después, la Audiencia Provincial de Madrid ha emitido una sentencia que ratifica parcialmente el fallo del Juzgado de Primera Instancia número 3 de Móstoles y condena a La Fábrica de la Tele por "una intromisión ilegítima continuada en el derecho al honor y a la intimidad personal y familiar", ha detallado el diario digital.

El magistrado añade en su escrito que se calificó a Merlos de "clasista, cobarde, tonto útil, incívico, mentiroso, antiguo, machista, infiel, traidor, hipócrita, sinvergüenza, gañán, y cateto".

Asimismo, tras realizar el pertinente visionado de los programas de Mediaset, el juez entiende que la cadena "propició, alentó e incitó el pronunciamiento de expresiones referidas a Merlos que rebasan claramente el ámbito de la crítica, carecen de justificación objetiva, resultan manifiestamente ofensivas e indudablemente lesionan la dignidad del actor y menoscaban su fama".

E incide en la protección de la intimidad y la vida privada de Merlos: "Propició, alentó e incitó la revelación y difusión de hechos privados relativos a la vida íntima y personal del demandante, que afectaban directamente, y resultaban completamente carentes de todo interés público".

La sentencia detalla que el periodista "fue objeto de una cacería mediática y un ataque furibundo en todos los planos, personal y profesional, en sus creencias y moralidad, con un coste devastador profesional y personal".