A El Digital de Castilla La Mancha tampoco le gusta la Ley Electoral de Cospedal : El PP pierde una oportunidad de oro de demostrar mayor talla moral.

La ley de José María Barreda, que salió adelante sin acuerdo y en medio de graves acusaciones de los populares, se sustituye ahora por la ley de María Dolores de Cospedal, aprobada igualmente en solitario con duras críticas desde las filas socialistas. Nada nuevo, por tanto, en el escenario, tan sólo un cambio de rol de los principales actores: el anterior gobierno ahora está en la oposición y viceversa. Ni consenso ni intención alguna de que lo haya.

Pero sin entrar en la polémica parlamentaria que esta reforma electoral suscitó ayer en las Cortes regionales, hay que señalar abiertamente que la nueva ley es mala para Castilla-La Mancha casi en la misma medida que lo era la anterior. No se aprende de los errores. EL DIGITAL criticó duramente en su día la llamada "ley trampa" de Barreda, con la que el PSOE pretendía de forma antidemocrática e inmoral ganar las elecciones en escaños aún perdiéndolas en votos, circunstancia que finalmente y por la mínima no llegó a producirse, y ahora volvemos a expresar nuestro rechazo a la reforma de Cospedal porque, si bien mejora realmente la chapuza tramposa de Barreda, se queda evidentemente corta e insuficiente y desprende el mismo tufillo que la norma de los socialistas. Se ha sustituido un "rodillo" parlamentario por otro.

En síntesis, la ley electoral aprobada ayer aumenta cuatro escaños en las Cortes, que pasan de 49 a 53 diputados, y deja el reparto con parlamentarios impares en tres provincias (Toledo, Cuenca y Guadalajara) y pares en las otras dos (Albacete y Ciudad Real), situación que no resuelve de una manera definitiva la problemática electoral de la región y que, aparte de no tener consenso, deja todo abierto para que un hipotético próximo gobierno en Castilla-La Mancha tenga que volver a meterse en este bucle para cambiar de nuevo una norma claramente insuficiente e inconclusa. Y hecha con cálculos electorales dudosamente éticos. Es curiosa esta actuación de los populares desde su mayoría parlamentaria actual, más aún teniendo en cuenta lo duramente que criticaron a los socialistas lo que ahora ellos también imponen sin acuerdo.

Era muy fácil, en definitiva, hacer una buena ley electoral para Castilla-La Mancha en estos momentos. Tan sólo tres sencillos requisitos muy acordes con los tiempos que corren. Uno: reducir y no ampliar el número de diputados, lo que además de ahorrar hubiera sido un gesto de ejemplaridad bien visto por los ciudadanos. Dos: establecer escaños impares en todas las provincias, de manera que gane las elecciones en cada territorio el partido que más votos obtenga, sin más cálculos ni componendas. Y tres: hacer todo lo posible para que la ley hubiera salido por unanimidad y ningún grupo se la impusiera al otro. Tres cosas que hicieron mal los socialistas, con clara intención de trampear las elecciones, y que ahora el PP no es capaz de corregir, perdiendo una oportunidad de oro de demostrar mayor talla moral.

Editorial de El Digital de Castilla La Mancha.-