REDACCION | Lunes 10 de noviembre de 2025
MARTES 11 de noviembre. 20:00H. Multicines Guadalajara
“EL SEGUNDO ACTO”
Dirección: Quentin Dupieux
Reparto: Léa Seydoux, Vincent Lindon, Louis Garrel, Raphaël Quenard
Título en V.O: Le deuxième acte
Nacionalidad: Francia
Año: 2024
Fecha de estreno: 11-04-2025
Duración: 80 min.
Género: Comedia
Color o en B/N: Color
Guión: Quentin Dupieux
Fotografía: Quentin Dupieux
Distribuidora: A Contracorriente
Sinopsis:
Florence quiere presentar a David, el hombre del que está locamente enamorada, a su padre Guillaume. Pero David no se siente atraído por Florence y quiere arrojarla a los brazos de su amigo Willy. Los cuatro se reúnen en un restaurante en medio de la nada
Crítica de Sergi Sánchez para LA RAZON:
Quizás hay que tomárselo todo con un poco de humor, como lo hace el francés Quentin Dupieux en “Le deuxième acte”, que inauguraba ayer el certamen. Habitual de la Quincena de Realizadores, el prolífico director de “Mandíbulas” se estrena a concurso con una película que aborda temas como el #metoo, la cultura de la cancelación y los estúpidos mandatos de lo políticamente correcto, con su habitual reducción del mundo al absurdo tomando a la industria del cine -y, en especial, a los actores- como centro de sus dianas. Como si fuera “La noche americana” imaginada por el Buñuel de “El discreto encanto de la burguesía”, “Le deuxième acte” documenta el rodaje de una película poniendo en crisis la mirada del espectador, que no sabe situarse ante lo que puede ser el film filmado por Dupieux, el filme dentro del filme filmado por Dupieux, o el filme imaginado por una inteligencia artificial que se podría llamar Dios, o quizás el Diablo.
Para un cineasta que tituló “Reality” una de sus acostumbradas puestas en abismo, la ficción siempre acaba siendo más real que la realidad misma, y viceversa. “Le deuxième acte” puede parecer un divertimento, pero su endiablada, milimétrica estructura narrativa -que incluye dos planos secuencia invertidos que se reflejan, simétricos, al final del filme, recombinando a sus protagonistas, y que hace de la poética de la interrupción un hilarante juego retórico- esconde el poderoso talento de un cineasta que, en su infinita inventiva, es capaz de terminar su deliciosa película con el tercer acto más godardiano del cine reciente. Quentin Dupieux demuestra que, por suerte, el travelling sigue siendo una cuestión de moral, incluso en estos algorítmicos tiempos que detestan tomar partido.
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