Daniel Hernández (a la izda., con bigote, sobre el tanque Guadalajara) con sus compañeros de la 9ª Compañía, La Española, que liberó París en 1944. / FOTO: Archivo Histórico de PCE
Daniel Hernández ~ Soldado 9ª Compañía División Leclerc
Empezamos hace un par de semanas esta serie de la ‘España Brava’ con un torero, Antonio Barrera. Y continuamos ahora con el soldado Daniel Hernández.
Miércoles 22 de octubre de 2014
Daniel Hernández, nacido en Almería en 1924, embarcó junto a sus padres con destino a Argel en 1929 y vivió en Orán hasta los dieciocho años.
Allí, huyendo nuevamente de la miseria, se enroló en un regimiento americano de Infantería de Marines para combatir al régimen de Vichy, a los italianos y a los alemanes. Primero contra Rommel y luego, con la Novena Compañía de la División
Leclerc, participando en el desembarco de Normandía. Como soldado ametrallador y como jefe de carro en un Halftrack, un vehículo blindado ligero bautizado con el nombre de Guadalajara, peleó en Francia contra las divisiones Panzer alemanas hasta llegar a París. Con otros treinta españoles, de un total de 42 hombres, fue de los primeros en llegar a la capital de Francia el 24 de agosto de 1944.
Guadanews ¿Porqué a Orán?
Daniel Hernández Mi padre era marino, mecánico en un barco español. A veces iba a Cuba, otras viajaba por el litoral mediterráneo o por las costas de África. Había entonces mucha miseria en Andalucía. Quiso que cambiásemos de vida.
GN ¿Había muchos españoles en Orán?
DH El ambiente era cien por cien español. Para mí era como si fuese España. Con sus fiestas españolas, su plaza de toros y sus corridas… Cada rincón de la ciudad tenía sabor español… Los argelinos de Orán hablaban todos español, mejor que el francés. No hay que olvidar que eran descendientes de los andaluces que marcharon cuatro o cinco siglos antes de España.
GN ¿Le cogió allí la Guerra Civil?
DH Yo entonces tenía doce años. Mi padre estaba en contacto con sus hermanos en Almería y aún se recibían periódicos… Los españoles nos reuníamos por la noche y así supimos de la batalla de Teruel, de la de Brunete, de la de Guadalajara que se ganó a los italianos... Estábamos en la miseria. Como que éramos españoles no teníamos derecho a trabajar. Éramos menos que nada. Nos pusimos a pescar, como podíamos, clandestinamente. Mi padre, a veces se embarcaba con los pescadores, casi todos de origen español.
GN ¿Había solidaridad entre los españoles?
DH Entre los que menos teníamos nos ayudábamos. Los acomodados nos ignoraban.
GN ¿Cuándo decidió enrolarse?
DH Cuando desembarcó una división de infantería americana proveniente de Tejas y de California… Todos soldados de habla hispana… El que comandaba ese regimiento se llamaba Ramírez, el coronel Ramírez. Le ayudé a negociar la rendición del 64 Regimiento de Artillería de Orán. Cuando estos aceptaron el coronel me preguntó: “Y tú, ¿qué quieres hacer?”.
GN ¿Qué contestó usted?
DH Irme con vosotros.
GN ¿Por qué?
DH Tenía dieciocho años y tenía que salir de allí, de la miseria. Con una idea fija: ir a los Estados Unidos. Y por supuesto combatir a los alemanes y a los italianos. Me fui de Orán con mi primo Alonso para enfrentarnos con las tropas de Rommel, que intentaba conquistar África del norte… Yo era pescador, no cazador, nunca había utilizado un arma. Pero al cabo de ocho días sabía hacerlo con los ojos cerrados.
GN ¿Cómo se lo tomó su familia?
DH La mitad de la paga en dólares se la envié a mi madre, durante toda la guerra. Cuando me fui, como todas las madres, lloraba. Pero afortunadamente contribuí a su bienestar. Todos los meses.
GN ¿Tenía usted miedo de entrar en combate?
DH Cuando se tienen dieciocho años no se tiene miedo… Por eso cogen a jóvenes para hacer la guerra.
GN Pasó de luchar contra Rommel y vestir el uniforme americano al del VIII Ejército británico y luego el del III Cuerpo del ejército americano. ¿Cómo se constituyó La Nueve?
DH Yo estaba de reposo en Tabarka, en Túnez. Con Campos, con Elliot, que era argentino, con El Gitano, con Ortiz, con Granell, con Bambasberguen, que era un aristócrata holandés de origen español, de cuando Flandes pertenecía a la Corona española. El general De Gaulle había decretado que todos los militares y los Cuerpos Francos de África, unidades militares de voluntarios de todas las edades y nacionalidades, se incorporaran a las Fuerzas Francesas Libres.
Hasta allí vino el general Leclerc para recuperar tres batallones de Cuerpos Francos, formados en Marruecos, Argel y Orán, y constituidos en un ochenta por ciento por españoles. Esos tres batallones los comandaba el coronel Puch, que moriría luego en Alsacia, luchando con
nosotros. Nos instalamos cerca de Rabat y se empezó a formar la 2ª división blindada de la Francia Libre, la llamada División Leclerc. La que se convertiría en la más poderosa de todas, incluidas las americanas, con 7 regimientos blindados, 17.000 hombres, carros de 40 toneladas y artillería. Formaba parte de ella la 9ª Compañía, más conocida como La Nueve o La Española. Éramos 156 hombres, 14 vehículos blindados ligeros llamados
Halftracks y un tanque JMC.
GN ¿Cuántos de esos 17.000 eran españoles?
DH Entre todas las compañías, por lo menos 1.000. Pocos mandos, pero bastantes suboficiales. La mayoría eran exiliados republicanos españoles, socialistas y anarquistas. Como mi amigo Blanco Abad, que había sido capitán en el Ejército republicano y que fue mi primer suboficial. Era un antiguo jesuita y había optado por la República. Su padre era general con Franco y su hermano oficial superior del ejército franquista. Blanco Abad no era su verdadero nombre.
GN ¿Cuál fue su entrenamiento?
DH Adoptamos el sistema americano. Todo el mundo sabía hacer de todo. Conducir un Halftrack, un carro de combate, utilizar todas las armas, la 12-7, la ametralladora pesada o la ligera, la Browning, la Thompson, el bazooka o el rocket-gum. De esta manera, si un suboficial caía, era inmediatamente reemplazado.
GN De Argelia a Túnez, de allí a Marruecos, luego a Gran Bretaña, y de allí a la playa de Utah, en Normandía, bajo el mando del general Patton. ¿Cómo fue el desembarco?
DH El tiempo de espera nos parecía largo. Hubo casos increíbles de gente que desertó de la División Leclerc y se enroló en los paracaidistas de las SAS, para lanzarse cuanto antes. El 6 de junio de 1944 se inició el desembarco de Normandía. La 9ª Compañía lo hizo la noche del 31 de julio. Al principio, no tuvimos enfrentamientos militares, nuestra aviación eran ya los dueños del cielo y no había cazas alemanes. Sin embargo, enseguida nos enfrentamos a sus divisiones acorazadas. El 1 de agosto en Coutances y después en Avranche… En un principio fui soldado ametrallador, más tarde jefe de carro. Automáticamente se sube de grado cuando hay pérdidas. Iba en una autoametralladora que se llamaba Guadalajara… Ahí estaban el Brunete, el Teruel, el Túnez 43, el Madrid… Combatíamos sin parar, sin parar. La batalla más dura, antes de París, la tuvimos en Ecouché, frente a una división Panzer alemana… Tomamos la ciudad, pero nos vimos rodeados… sobre nuestro Halftrack cayó un obús del 88, murieron dos compañeros y yo salí proyectado a la cuneta… Nos defendíamos con las bombas de mano, las rocket-gum, los bazookas y las ametralladoras…no cesaron de disparar con la artillería noche y día… el teniente Campos supo que había un castillo grande donde estaban presos pilotos americanos… los liberó a todos… volvimos a Écouché… empezaron a faltar municiones y víveres…
GN ¿Cómo se enfrenta el miedo en esa situación?
DH Cuando se está en acción no se piensa, el miedo llega cuando uno se queda parado.
GN ¿Cómo lograron salvarse?
DH Fuimos liberados por una unidad canadiense… Tuvimos muchas pérdidas, 15 muertos en la Compañía Española, 20 heridos sin contar las bajas de las Fuerzas Francesas de Interior… Pero nos pusimos de nuevo en ruta, a toda velocidad. Reemplazaron inmediatamente mi autoametralladora por un nuevo Guadalajara. El 24 de agosto llegamos a las puertas de París… En cabeza había tres Halftrack de La Nueve, el Guadalajara y dos más. Llega el general Leclerc y le dice al Dronne (capitán):
-Capitán, hay que tomar París cuanto antes.
-¿Con qué mi general?
-¿Qué es lo que tiene a mano?
-Tres Halftrack y tres tanques del 501.
-¡Adelante!
Siempre adelante. La singladura de Daniel Hernández sigue por las avenidas de París, pasa por el campo de extermino de Dachau, por Alemania, hasta el Nido de Las Águilas, el refugio de Hitler. Desde allí irá hasta Indochina.
Para el combate se necesita fuerza. Pero la fuerza no hace al bravo sino al bruto. Por sí sola al déspota. Sin el potencial del Ejército americano no se hubiera podido liberar Europa de la dominación nazi. Sin la bravura y la pericia de hombres como Daniel Hernández, la aniquilación provocada por su aviación hubiera sido aún más espantosa. Seguiremos hablando de todo ello la semana próxima.
*Las palabras de Daniel Hernández que aparecen en este trabajo han sido extractadas de los testimonios recogidos y reunidos por mi hermano, Antonio Arévalo, en su libro sobre los combatientes españoles que participaron en la liberación de Francia entre 1939 y 1945, bajo el título La Guerra en Singular.
Por Texto: Carlos Arévalo Nonclercq