OPINIÓN

Los versos sueltos de Natalia : Entre dos aguas

Miércoles 08 de julio de 2020
Lo espera como cada amanecer dejándose amar por el viento que abraza su cuerpo como nunca nadie había hecho.

Sus pies desnudos no sienten el frío del final de la noche enraizados por perseverancia en el acantilado, tan cerril ante la tempestad como su alma atribulada.

Una tormenta azota con furia el alba embraveciendo el mar que empapa su cara de espuma y de sal intentando limpiar sus inumerables nostalgias.

Su melena desafía el amor salvaje del viento pintando con brochazos dorados la todavía densa oscuridad.

Entre dos aguas se aferra a la esperanza de volver a sus brazos. Ni el océano iracundo ni el lloroso firmamento doblegan su voluntad que está seguramente enloquecida, o quizás no.

En la lejanía puede ver un pequeño navío bailando destartalado a merced de la tempestad. Se frota los ojos apartando la melena rebelde que pretende cegarla. No es un espejismo. Reconoce su bandera pirata, resquebrajada y desafiante como su corazón.

Es él.

Extiende los brazos y poseída por una enajenación desmedida se lanza al océano. Una ola furiosa la engulle ahogando por fin su obsesivo recuerdo, su amor imaginado y su locura.

Una amante más acaba olvidada en la inmensidad inacabable del mar.

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