OPINIÓN

Al Colegio Niña María Adoratrices de Guadalajara

Viernes 25 de mayo de 2018
Ahora que mis tres hijos ya han terminado, y con éxito, los estudios en el Colegio Niña Maria Adoratrices de Guadalajara es el momento de hacer balance, mirar atrás y valorar el camino recorrido.

Después de estar más de dos décadas vinculados al colegio de manera ininterrumpida, no quiero pasar página sin más, sin agradecer de forma pública tanto al equipo directivo, a todo el equipo docente y al personal laboral del colegio, por sus esfuerzos y desvelos que por mis hijos en particular y todos
sus compañeros en general han tenido durante todos estos años.

Han cambiado personas en muchos departamentos, han venido nuevas y otras ya no están por varios motivos, pero el espíritu del colegio se ha mantenido fiel a su santa fundadora.

No quiero dejar de agradecer su labor especialmente a todas las hermanas, nosotros llevamos a nuestros hijos pequeños al colegio y allí ustedes les dan la mano, como una hermana mayor los van ayudando a recorrer el camino, a cada uno el suyo.

En estos tiempos que esta tan en boga reclamar derechos propios y ajenos, no debemos olvidarnos de agradecer el trabajo bien hecho y todos ustedes han hecho un gran trabajo, tanto en campo de los conocimientos como en la formación de la personalidad y valores que definen a cada persona que ahí se ha formado.

Si tuviera que elegir de nuevo colegio para mis hijos no lo dudaría ni un momento. Yo no lo conocía de nada, mi mujer si, de hecho, es antigua alumna, por eso me deje llevar y he de decir, “acertaste cariño” y si alguien está ahora eligiendo colegio, esta en mi recomendación:
Colegio Niña Maria Adoratrices de Guadalajara, sin duda.

Por todo lo anterior y por los recuerdos personales que nos acompañaran siempre, solo me queda decir en mi nombre y en el de todos los miembros de mi familia:

GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS, una por cada hijo.

Un saludo emocionado y un abrazo a todos.

Eugenio Soriano Aguirre y familia.

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