TOROS

Sergio Domínguez y Pencho Solano salen a hombros en la segunda de abono de San Roque

El primero cortó tres orejas y el segundo dos, a cuatro magníficos novillos de Miranda Moreno

REDACCION | Miércoles 16 de agosto de 2017



Los caballeros Sergio Domínguez y Pencho Solano salieron ayer a hombros de la Plaza de las Cruces en la novillada de rejones, que siempre incluye el cartel taurino seguntino. Las reses, de la ganadería jienense, de Miranda Moreno, dieron un juego extraordinario para su lidia.

En Sigüenza estaba Eduardo Moreno, como responsable del hierro. “En primer lugar, quiero agradecer a la empresa su confianza. Es un placer para nosotros venir a Sigüenza”, decía. En cuanto a los novillos, “han tenido mucha clase, se han movido, y además han sido lidiados por rejoneadores que han estado muy profesionales. La gente se lo ha pasado bien, y ha disfrutado”, opinó. El que más le gustó a Moreno fue el segundo. “Ha tenido mucha clase y mucho ritmo”, decía. No en vano, se fue desorejado del coso doncelino tras faena de Pencho Solano.

Abrió plaza el caballero más veterano, el riojano Sergio Domínguez. “Me he sentido a gusto. El toro tenía temple y mucha calidad”, afirmaba. Encontró Domínguez alguna dificultad por el pitón derecho, pero, en líneas generales, “ha sido un toro dulce, agradable, con trasmisión, al que creo que he sacado una faena conjuntada e hilvanada, sin pisadas en falso, pero con el inconveniente de abrir plaza”, añadía. El caballero intentó dejar detalles para agradar al público, con piruetas y balanceos citando al toro, aunque para él, “la clave del toreo está en ahondar en la pureza, con toques espectaculares que conecten a la afición”. Falló en su primer intento con el rejón de muerte, pero acertó a la segunda. La presidencia, que ayer ostentaba la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Sigüenza, Sonsoles Arcones, le concedió una oreja.

En su segundo novillo, Dominguez estuvo importante. “Ha tenido la misma nobleza y calidad del primero, si me apuras, pero en los cites embestía siempre por derecho. A la hora de embrocar, lo he tenido fácil. Le he puesto cuatro o cinco banderillas dándole todas las ventajas, cargando la suerte y clavando muy reunido”, explicaba el de Calahorra. Con el rejón, en esta segunda faena, estuvo perfecto, propiciando una muerte bonita de su enemigo, que ayudó a redondear su actuación. “Me voy contento porque uno viene a triunfar y a que el público se divierta. He cuajado un toro como a mí me gusta, que ha sido este segundo”.

Pencho Solano le dedicó el primer novillo a su amigo, José María Pérez Reverte, actual director del Parador de Sigüenza. “Me he encontrado muy bien, a pesar de que me cogió el toro hace quince días y me partió el peroné”, decía un caballero al que la lesión no mermó sus ganas de torear. “Me dieron cuarenta días de escayola, pero me la quité para venir a Sigüenza, porque es una tierra magnífica. Una vez he entrado en calor, ya no hay dolor. El púbico se merece un espectáculo”, explicaba. Para Solano, el novillo fue bueno. “Se ha dejado muy bien”, aseguraba. Después de pinchar a la primera, acertó a la segunda. “Encontré el hueco, y satisfecho”, decía exultante. La presidencia le concedió las dos orejas. En su segunda faena, el de Cartagena no estuvo tan fluido, y solamente se llevó la ovación del público. VER ENTREVISTA PENCHO SOLANO.

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