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INTERVIU Diez años sin Maddie

REDACCION | Miércoles 03 de mayo de 2017
La desaparición de Madeleine McCann sigue siendo una incógnita para la policía de tres países, Gran Bretaña, Portugal y España. La niña, de 4 años, dormía en un complejo turístico del Algarve cuando desapareció. Ahora, diez años después, su caso sigue envuelto en el misterio y con más preguntas que respuestas. El 3 de mayo se cumplen diez años de la desaparición de Madeleine McCann, cuando tenía cuatro años.

El suceso conmocionó al mundo. La familia McCann, compuesta por Gerry y Kate, médicos de profesión, su hija Madeleine y sus dos hermanos mellizos pequeños, Sean y Amelie, se alojaba en un apartamento del complejo turístico Ocean Blue, de Praia da Luz, en la región del Algarve (Portugal). Madeleine tenía una pequeña mancha en su ojo derecho, un coloboma o fractura de iris desde la pupila hasta el borde del ojo. Aquella noche el matrimonio británico dejó a los tres niños durmiendo en el apartamento y se fueron a una cena con otros siete amigos a un restaurante llamado Tapas, dentro del mismo complejo, ubicado a unos cien metros.

A pesar de que el hotel ofrecía servicio de niñera por treinta euros, los McCann decidieron no contratar a nadie para esas horas. Gerry, el padre, acudió a las nueve de la noche para ver si los niños estaban bien y los encontró durmiendo plácidamente. Media hora después fue Kate, pues el matrimonio se turnaba en la vigilancia de los menores, y comprobó que faltaba Madeleine. Entonces Kate se dirigió al restaurante y alertó a sus acompañantes gritando “se la han llevado”. Según su testimonio, la puerta del apartamento y la ventana estaban abiertas de par en par. La policía portuguesa recibió el aviso a las diez de la noche. Mientras los clientes y el personal del hotel buscaban a la niña, se bloquearon los pasos fronterizos con España y los aeropuertos y puertos. En la búsqueda de las primeras horas intervinieron 180 agentes portugueses y un helicóptero, sin resultados.

El caso de Madeleine adquirió fama mundial tanto por la campaña mediática como por el apoyo de famosos como la escritora J. K. Rowling o el futbolista David Beckham. Los investigadores, que trabajaron al principio con la hipótesis del secuestro, fueron abriendo otras posibilidades y el 6 de septiembre de aquel mismo año se declaró sospechosos a los padres de Maddie. La policía portuguesa basaba su acusación en que uno de los perros traídos por Scotland Yard había detectado olor a cadáver en el apartamento y en las ropas de Kate. También advirtieron contradicciones en los testimonios de los presentes en esa cena sobre las horas que decían los McCann. Un examen de la policía científica determinó que tanto en el coche alquilado por la familia como en el apartamento, había restos biológicos de la niña y además se encontraron restos de sedantes en las fibras capilares de Maddie recogidas en el asiento del coche. Los padres siempre negaron que sedaran a sus hijos.

El 9 de mayo la Interpol inició una alerta internacional, que llevó a los agentes hasta Marruecos, Chile, Estados Unidos, Paraguay y España, donde se investigaron diez posibles pistas, que resultaron todas ellas falsas. Hipótesis variadas Las hipótesis policiales fueron varias, desde un pederasta hasta una organización criminal dedicada a la adopción ilegal de niños, pasando por la muerte de la pequeña por la ingesta de medicamentos para dormir, tomados de manera accidental o proporcionados por sus padres. La semana pasada, Colin Sutton, inspector jubilado de Scotland Yard, declaró a Channel 7, una televisión de Australia, que “hay un empleado dentro del complejo Ocean que tiene alguna información o conocimiento que puede ser de ayuda”. También reveló que entre 2004 y 2010, en un radio de 60 kilómetros del lugar donde se hospedaban los McCann, se registraron una docena de crímenes en las que un intruso penetró en propiedades donde se alojaban turistas británicos y en seis de esos casos se atacó sexualmente a menores en sus camas. Estos datos nunca se difundieron públicamente porque hubieran dado mala publicidad al lugar como destino vacacional de turistas.

Este mismo investigador de Scotlan Yard también dijo sobre la desaparición de Maddie que “el terreno es lo suficientemente grande como para dificultar la búsqueda. Aun cuando se pusieran en marcha todos los recursos disponibles para las policías portuguesas y británicas, podrían pasar años y aún no sabríamos si buscamos en todos los sitios posibles”. Gonzalo Amaral, policía portugués que llevó la investigación, apuntó en la misma entrevista que “el matrimonio sigue siendo sospechoso porque hay pistas de que el cuerpo fue escondido”, pero los McCann abandonaron Portugal unos meses más tarde del suceso y la policía desistió de continuar la acusación inicial.

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