OPINIÓN

De Burros y Funcionarios

Lord Charles Albert

Lord Charles Albert | Miércoles 22 de octubre de 2014
Hoy les voy a contar un cuento, no, no un cuento chino. En cuentos chinos, nuestro presidente de gobierno es un as en la materia.

Mi cuento, por desgracia, tiene mucho de realidad y mucho que ver con esta crisis que se obstina en abandonarnos. Por favor, presten atención a este cuento.Érase una vez un señor muy, muy listo que un buen día, se dirigió a un pueblo, donde nunca había estado antes. Y ofreció a sus habitantes, 100 euros por cada burro que le vendieran.


Buena parte de la población le vendió sus animales. Al día siguiente “este buen hombre” volvió y ofreció mejor precio, 150 euros por cada burro que le vendieran, y mucha gente le vendió los suyos. Pasados unos días, ofreció 300 euros por cada burro que le vendieran y el resto de la gente le vendió los últimos burros que había en el pueblo. Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se fue del pueblo. Al día siguiente, mandó a su ayudante con todos los burros que había comprado al mismo pueblo para que ofreciera y vendiera los burros a 400 euros cada uno. Ante la posible ganancia a la semana siguiente, todos los del pueblo, compraron “sus burros” a 400 euros, y quién no tenía dinero para comprar los burros, lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca. Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el “buen señor”, y nunca más se les vió por el pueblo. De esta forma, el pueblo quedó lleno de burros y de vecinos endeudados. Los que habían pedido prestado el dinero para comprar los burros, al no vender los burros, no pudieron pagar el préstamo. Quienes habían prestado el dinero para comprar los burros, se quejaron al Ayuntamiento, diciendo que si no cobraban, se arruinarían ellos y; entonces no podrían seguir prestando dinero y se arruinaría todo el pueblo. Para que los prestamistas no se arruinaran, el Alcalde, en vez de dar dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas a los prestamistas, se lo dió a los propios prestamistas. Pero éstos, ya cobrado gran parte del dinero, sin embargo, no perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguió igual de endeudado. El Ayuntamiento quedó también endeudado. Entonces el Ayuntamiento pidió dinero a otros ayuntamientos; pero éstos le dijeron que no podían ayudarle ya que no podrían devolver lo prestado. El resultado: El señor listo del principio del cuento, forradísimo, bueno, quitaremos lo del señor, y lo dejaremos en… “el listo de esta historia”. Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la que seguir cobrando lo que le prestaron más los intereses, incluso adueñándose de los ya devaluados burros, con los que nunca llegarán a cubrir toda la deuda. En definitiva, mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida. El Ayuntamiento igualmente arruinado. Para solucionar todo esto y salvar a todo el pueblo, el Ayuntamiento decidió bajar el sueldo a sus funcionarios. Toda una burrada.

Por cierto, y esto no es cuento, Francia acaba de anunciar que el año que viene, el 2012, congelará el sueldo de sus funcionarios por segundo año consecutivo. España tiene tres millones cien mil funcionarios…
Termino este cuento con el famoso dicho de que cuando veas las barbas de tu vecino cortar…pon las tuyas a remojar.

Y por último, recordarles que hay muchos burros que no tienen cuatro patas.

Muchas gracias por haber llegado hasta aquí y tener la amabilidad y paciencia de leerme. Un saludo.

Fdo.: Lord Charles Albert



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