OPINIÓN

La muerte de Anne

La Opinión de Andrés Aberasturi

A.aberasturi

Andrés Aberasturi | Miércoles 22 de octubre de 2014
De alguna forma –trágica naturalmente- ya ha ocurrido; algunos lo venimos denunciando desde hace tiempo pero la muerte de la pequeña Anne la semana pasada en Treviño por culpa de una burocracia sanitaria absurda, injusta, equivocada y obsoleta, ha puesto sobre la mesa, una vez más, el disparate de la brutal descentralización a los que ha llegado. SIGUE

Vamos a decir la verdad por dura que sea: detrás de la muerte de Anne, no hay más que dinero, intereses y una complicada trama de que ha puesto el sistema de salud pública a los pies de los caballos.

Nadie, creo, está en contra de una descentralización que era necesaria, pero nadie en su sano juicio puede estar a favor de una asistencia médica y farmacéutica llena de fronteras, dificultades, permisos y legislaciones distintas.

La ministra Ana Mato se empeña en proclamar una mentira: cualquier español debe ser atendido en los servicios sanitarios en cualquier punto del país; bueno, pues no es verdad. Cierto que en cualquier servicio de Urgencia puede que sea así –faltaría más- pero ay de ti si enfermas sencillamente fuera de tu sitio, si tienes que contar con una ambulancia de otra comunidad o comprar las medicinas en una farmacia que no te corresponda.

Sé que soy muy pesado, pero la muerte de Anne nos da la razón a los que venimos exigiendo un cambio urgente, una vuelta a la normalidad de la que nunca debimos salir. Que se desengañen los que crean que el problema de Anne, su trágico final, se debió a la especial situación del Condado de Treviño: fue el sistema sanitario y algo así puede pasar en cualquier otro sitio incluida nuestra región.

Pero esto sigue siendo predicar en el desierto de la norma escrita pero nunca cumplida.

a.aberasturi

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