La sección de Nefrología inicia el programa de tratamiento renal sustitutivo de hemodiálisis domiciliaria

La sección de Nefrología del Área Integrada de Guadalajara ha iniciado recientemente el programa de tratamiento renal sustitutivo de hemodiálisis domiciliaria con un paciente de la localidad de Azuqueca de Henares. Este tipo de terapia se ofrece a los enfermos que por sus especiales características no pueden trasladarse al centro hospitalario. SIGUE

El doctor José Ramón Rodríguez Palomares, nefrólogo del Área, apunta que esta técnica de terapia renal “combina la eficacia de la hemodiálisis con la flexibilidad y autonomía de un tratamiento domiciliario como la diálisis peritoneal”.

La hemodiálisis domiciliaria fue muy empleada en la década de los 80 y principios de los 90 por el escaso número de plazas de hemodiálisis existentes en los centros hospitalarios. Con el tiempo aumentó la disponibilidad en los hospitales y la técnica domiciliaria se vio reducida.

En los últimos años el interés por esta modalidad de tratamiento “ha aumentado gracias a los avances técnicos que han simplificado y hecho más seguros los monitores de diálisis y los tratamientos de agua”, explica el doctor Rodríguez Palomares. Además, aclara el especialista, “supone una mayor motivación de los pacientes que desean disponer de una mejor calidad de vida”.

El Área Integrada de Guadalajara se ha sumado a los hospitales que han comenzado a retomar esta modalidad de tratamiento en su cartera de servicios porque “no sólo es más flexible y adecuada a la vida del paciente, sino que además es mucho más fisiológica al realizarse diariamente, en lugar de tres veces en semana”, señala el facultativo. Asimismo, añade el doctor Rodríguez Palomares, “prolonga la supervivencia de los pacientes al conseguir un mejor aclaramiento de toxinas urémicas y una menos sobrecarga de volumen”.

Ángel Ruiz, primer paciente del tratamiento

Ángel Ruiz Brotón, vecino de la localidad de Azuqueca de Henares, es el primer paciente, y hasta ahora el único de la provincia de Guadalajara, que ha solicitado el tratamiento de hemodiálisis domiciliaria. En Castilla-La Mancha únicamente tres personas se han acogido a esta técnica.

Ángel Ruiz, de 53 años, comenzó a tener problemas renales hace diez años. Recuerda como tuvo que pasar por diálisis aumentando poco a poco la frecuencia de este tratamiento y por tanto las continuas visitas al hospital. Por indicación médica tuvo que cambiar a la diálisis peritoneal “que no aguanté mucho tiempo porque me sentaba muy mal”. Además, el hecho de tener que asistir de forma habitual al Hospital Universitario de Guadalajara afectaba al paciente. Tras analizar con los nefrólogos del centro la situación le propusieron, antes del verano, la hemodiálisis domiciliaria.

Esta opción requiere el compromiso y entrenamiento de un familiar o persona responsable que tiene que formarse durante unos meses en el hospital para comprender el manejo y alarmas de la máquina así como la adaptación de un sistema de agua que permita desarrollar el tratamiento con completa seguridad.

Inmaculada Nieto ha sido la enfermera responsable de entrenar a la hermana de Ángel. En este periodo ha transmitido todos los conocimientos necesarios para que diariamente pueda aplicar y controlar el tratamiento, de una hora y media, a su hermano sin necesidad de tener que estar trasladándose hasta el centro sanitario.

Ruiz, que desde finales de julio se aplica la diálisis en su casa, afirma que ha notado una mejoría significativa: “Estoy retomando fuerzas, me siento mejor, y no tengo la angustia de tener que ir al hospital casi a diario”. Ahora, este paciente tan solo asiste una vez al mes para que los profesionales del servicio de Nefrología le realicen un chequeo y comprueben su estado.

Ángel, que en la actualidad está a la espera de valoración para optar a un trasplante, está enormemente agradecido a su hermana por facilitarle esta opción y también resalta “el excelente trato y trabajo que hacen los profesionales de la sección de Nefrología. Todos se han portado excepcionalmente conmigo, y especialmente Inmaculada Nieto y el doctor Rodríguez Palomares”.