Personales ilustre de la Historia, de la nuestra, de Guadalajara
Los aviadores cubanos, quizás como premonición de lo que iba a suceder, alertaron a los españoles del innecesario peligro que corrían por realizar este viaje sin escalas
Miércoles 22 de octubre de 2014
Desde que los hermanos Wright lograran que su aeroplano se elevara del suelo en 1903, la historia de la aviación ha recogido gran cantidad de hechos heroicos. Entre ellos encontramos uno protagonizado por un ilustre guadalajareño, el Capitán Mariano Barberán y Tros de llarduya. SIGUE
Barberán nació en Guadalajara capital un 14 de Octubre de 1895. En 1910 ingresa en la ilustre Academia de Ingenieros de nuestra ciudad, donde toma contacto con todo el reciente ambiente aeronáutico. En 1917 se licencia como ingeniero militar y al año siguiente se incorpora al sector aéreo del ejército. De una manera brillante Barberán revoluciona los estudios referentes a la navegación aérea, lo que le llevaría a ocupar el cargo de Director de la Escuela de Observadores del Ejército Español.
Para Barberán los grandes Raids realizados por los grandes aviadores como Amelia Earhart, Lindbergh o Ramón Franco a bordo del Plus Ultra se convirtieron en una fascinación, y no obstante, aunque no viajara en el vuelo del Plus Ultra, Barberán tuvo mucho que ver en el desarrollo satisfactorio del vuelo, ya que realizó gran cantidad de estudios sobre la viabilidad del Raid.
Tras conseguir la hazaña del Plus Ultra, Barberán hombre tenaz y aventurero, se plantea la idea de realizar el primer vuelo sin escalas desde España hasta Cuba. La gran aventura de Barberán acababa de comenzar.
Rápidamente presentó una memoria sobre los detalles del viaje a la Dirección General de Aeronáutica y al gobierno de la República, los que no tardaron en contestar favorablemente al viaje planeado por Barberán.
El capitán planteó una ruta muy parecida a la que Colón realizó en 1492. La localidad elegida para la salida era Sevilla y la de llegada no se dio a conocer, aunque se intentaría que fuera La Habana. El avión elegido para tan magna hazaña sería un Breguet XIX Super Bidón modificado y totalmente construido en España.
El Breguet llevaría como motor otro referente de la cultura alcarreña, un Hispano Suiza de 720 CV aunque construido en Barcelona. El nombre elegido para este avión sería el de “Cuatro Vientos”. En el viaje le acompañaría el Teniente catalán Joaquín Collar Serra, de reconocido prestigio como piloto. La preparación del avión fue laboriosa, ya que tenía que ser capaz de albergar 5.300 litros de combustible para conseguir recorrer los más de 7.900 kilómetros que separaban Sevilla de Cuba. Tras la preparación del aparato y de los estudios meteorológicos pertinentes, el avión estaba preparado para la gran aventura.
El día 10 de junio de 1933 llegó a Sevilla el último parte meteorológico desde tierras cubanas “Tiempo nublado, buena visibilidad, calma aérea, dirección de las lluvias hacia el Oeste; mejorado el tiempo con relación a las 4 de la tarde; vientos flojos y algunas lluvias”. Tras el parte, los pilotos deciden que es el momento de salir, y siendo las 4 y 15 suben a la cabina del Breguet, primero lo hace Collar y después Barberán esgrimiendo una media sonrisa, quizá temeroso por lo que iba a suceder.
A las 4:35 comienza el despegue y el Cuatro Vientos pintado de blanco y con franjas rojas se eleva con destino a la perla del Caribe. El viaje transcurrió con normalidad hasta que el teniente Collar se sintió indispuesto tras 14 horas y media de vuelo, teniendo que tomar el mando del avión el capitán Barberán durante unas horas hasta que se recuperó Collar.
Después de este incidente, el raid recuperó la normalidad y siendo las 15: 39 (hora local), el avión tras cuarenta horas de vuelo tomó tierra en la localidad cubana de Camagüey.
Al día siguiente de su llegada, después de revisar el Cuatro Vientos continúan su viaje hacia La Habana, donde más de 10.000 personas están esperando la llegada de los nuevos héroes de la madre patria.
Los periódicos se deshicieron en halagos hacia los españoles, las autoridades cubanas y españolas les sometieron a una cargante agenda protocolaria, recibimientos, visitas, interminables comidas que se juntaban con la cena, imposición de medallas, entrega de llaves de la ciudad de La Habana e incluso un agradable día de pesca en un yate.
El día 20 de Junio los pilotos deciden poner fin a su magnífica estancia en La Habana y deciden proseguir su viaje con destino Méjico, se calculaba que el viaje durara unas 12 horas sin escala ninguna.
Los aviadores cubanos, quizás como premonición de lo que iba a suceder, alertaron a los españoles del innecesario peligro que corrían por realizar este viaje sin escalas. Barberán y Collar no hicieron caso de las indicaciones de los cubanos y despegaron del aeródromo de Columbia a las 5:52. En el aeródromo mejicano de Balbuena la gente se agolpaba para recibir a los ases de la aviación, pero el ruido del motor Hispano Suiza nunca fue escuchado por los mejicanos.
Los informes realizados con posterioridad al accidente indican que el último punto donde fueron vistos fue en las cercanías de Villa Hermosa, pero nunca se encontraron los restos del accidente de estos gloriosos héroes.
Quede como recuerdo de esta hazaña la placa enclavada en Sevilla que reza: “A la gloriosa memoria de Barberán y Collar artífices del vuelo a Cuba y victimas en la ruta a Méjico”.
Fdo.: José Luis Alguacil Rojo
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