Dormir toda la noche

Mañana se sabrá –Montoro y Dios mediante- cómo la Agencia Tributaria puedo cometer el error garrafal que cometió. Da igual. El problema, como ya se ha dicho, no es sólo la explicación que se ha hecho esperar demasiado sino la falta de confianza del ciudadano en la institución: si esto pasa con un informe pedido por un juez y con una infanta implicada, qué no puede pasar con usted o conmigo. Pero así están las cosas. SIGUE

Y mientras “el caso Nóos” sigue su curso y se destapa ahora el “Caso Messi”. Y uno, instalado en la humildad de su renta/pensión, se pregunta qué secretos mecanismos pueden llevar a un tipo como Urdangarín que lo tenía todo –dinero suficiente, el futuro más o menos asegurado, reconocimiento social etc.- a meterse en todo lo que se ha metido y que puede terminar de la peor forma posible.

Y aunque no sean casos comparables, uno se sigue preguntando por qué los asesores de Messi , que a su edad gana 40 millones de euros al año, se empeñan en una ingeniería financiara –bastante cutre por cierto- para defraudar, siempre presuntamente, cuatro de esos 40 millones anuales. ¿Cuándo el hombre pone límite a su afán?

¿Cuánto hay que tener para llegado el momento de elegir entre la tranquilidad de la conciencia y el engaño, uno se decida por la conciencia? Jamás creo que entenderé ese dilema porque ni siquiera me lo puedo plantear.

No sé lo que son 40 millones de euros ganados en un año ni sé lo que es entrar a formar parte de la Casa Real, pero imagino las dos cosas son, si no excesivas, si suficientes.

¿Qué lleva a ciertas personas a querer más y más cuando ya lo tienen todo aunque para eso se tengan que poner al margen de Ley? Con lo bonito que es dormir de un tirón toda la noche…

a.aberasturi