GUADALAJARA

Las reformas pendientes

Columna de Economía de Arturo García

Miércoles 22 de octubre de 2014
El vicepresidente ejecutivo de Pimco en Alemania, Andrew Bosomworth, ha dicho que España, Italia y Bélgica precisarán ayuda exterior para superar la crisis financiera. Además, ha comentado que Grecia, Irlanda y Portugal no volverán a ponerse de pie sin una moneda propia o sin grandes transferencias económicas, y amenazan la estabilidad y la pervivencia del conjunto de la zona del euro.



El Centre for Economics and Business Research (CEBR), una consultora británica señala que para la supervivencia de la moneda única el nivel de vida tendría que caer más de un 15% en las economías más débiles de la Eurozona (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España), el gasto público un 10% adicional y sus respectivos gobiernos tendrían que ceder parte de su soberanía económica a Bruselas. Asimismo, se debe ampliar el Fondo de rescate, dotado con 750.000 millones de euros, y el PIB alemán crecer más de un 3% anual durante los próximos cuatro años para soportar los rescates.

Simon Hayes, economista de Barclays, señala que “si los inversores siguen nerviosos y el coste del bono público español llega al 7%, la situación sería explosiva y podría ser necesario un rescate del país por parte de Europa”. Actualmente, el coste del bono público español a diez años se mueve en el entorno del 5,5%.

Gregory Peters, director de análisis de renta fija de Morgan Stanley, explica que “es altamente probable” que España también tenga que ser rescatada “en algún punto no muy lejano” de los dos próximos años.

Se pueden encontrar sin dificultad otros ejemplos de previsiones sobre la disolución de la moneda única y sobre el posible rescate a España. Lo preocupante es que ya se están casi poniendo fechas. Cualquier analista o chiquilicuatre quiere hacer sus previsiones de cuándo podrá ser rescatado España. Es indiferente poner o no en duda su capacidad adivinatoria, ni echarle la culpa a los mercados, o a los medios de comunicación.

Conviene acelerar las reformas. Podemos lamentar el dinero gastado en cambiar aceras. Se debería haber ahorrado, o haberlo dedicado a otros temas más importantes. Pero esto ya da igual.

D ebemos completar la reestructuración del sistema financiero español, incluso la segunda vuelta de fusiones de las Cajas. Debemos disminuir el tamaño y el gasto de las Administraciones Públicas (Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos).

Es indignante comprobar que nos han subido los impuestos, nos jubilaremos más tarde, nos bajen el sueldo, etc. por haber cambiado aceras, haber mantenido ministerios sin sentido (por ejemplo, el de la vivienda o el de igualdad), mantener a cientos de consejeros en las administraciones públicas, obras megalómanas en ayuntamientos, televisiones públicas con pérdidas eternas, etc. De las entidades financieras, hablamos otro día.◆

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