GUADALAJARA

Quer dona los 5.000 euros que destina en 2012 a cooperación internacional a un proyecto de Mejora de la Salud Visual en Mozambique

Presentado por la Fundación Cione Ruta de la Luz, ha sido el elegido de forma unánime por una comisión del Ayuntamiento de Quer como el mejor de la convocatoria del año 2012 entre los cinco que se presentaron

REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
El Ayuntamiento de Quer hizo público el pasado viernes el fallo mediante el que concede al proyecto para la “Mejora de la salud visual en Mozambique” presentado por la Fundación Cione Ruta de la Luz la ayuda anual que dedica a cooperación internacional. Fue elegido de forma unánime por una comisión del Ayuntamiento de Quer presidida por el alcalde, José Ramón Calvo, y compuesta por cuatro personas, como el mejor de la convocatoria de cooperación internacional correspondiente al año 2012 ofertada por el Ayuntamiento entre los cinco que se presentaron. SIGUE

De esta manera, la entidad recibirá la cantidad de 5.000 euros sobre el total de 7.000 en los que está valorado el proyecto presentado. Con la ayuda de la contraparte local Obra Da Rua (Casa Do Gaiato de Maputo-Mozambique) y con aportaciones de fondos propios por parte la Fundación, la Ruta de la Luz podrá en marcha una campaña con dos profesionales españoles de la salud visual que viajarán al país africano. Durante dos semanas de intenso trabajo, además de formar y capacitar a personal cualificado que pueda practicar revisiones visuales a lo largo de todo el año, practicará sobre el terreno más de 600 exámenes visuales en las aldeas de Boane y Namacha.

Con los resultados de las revisiones, las llamadas recetas ópticas, que los profesionales se traerán de regreso a España, la fundación adquirirá las lentes oftálmicas y las monturas adecuadas para cada beneficiario y montará las gafas completamente nuevas en los talleres solidarios de que dispone en nuestro país. Finalmente serán entregadas las gafas nuevas graduadas como resultado de las revisiones a las personas que lo necesiten, además de promover hábitos de higiene saludable en materia de salud visual en toda el área de influencia.

La Fundación Cione Ruta de la Luz lleva trabajando en Mozambique en proyectos relativos a la salud visual desde el año 2006, siempre con el horizonte de la autosuficiencia de la zona en la materia como meta última.

Después de todos estos años de trabajo, la salud visual tiene ya un referente en el Hospital de la ciudad de Boane (Maputo-Mozambique). Después de seis años de viajes ininterrumpidos al país de la Fundación Cione Ruta de la Luz, una parte del camino, “la de abrir brecha que siempre es trascendental”, explica Katerine Salazar, gerente de la Fundación, está recorrida. En todo caso, “queda mucho trabajo que hacer”, dice la mallorquina María Cànaves, óptica optometrista voluntaria. Desde la génesis del proyecto ha viajado a Mozambique en compañía de la cántabra Marta Santamaría. A las dos les anima constatar en cada nueva experiencia “el resultado de nuestro trabajo en la zona”.

Todos los viajes empiezan por revisiones visuales rápidas que se acaban transformando en gafas, siempre nuevas y fabricadas ex profeso para cada caso, que reciben quienes las necesitan. La compenetración con la ONG Casa do Gaiato, contraparte local, y la experiencia acumulada desde el año 2006 permiten aprovechar cada minuto de estancia en Mozambique de los ópticos de la Fundación. La eficiencia del trabajo permite desdoblar las revisiones en actividades paralelas dedicadas a la formación de la población en materia de visual y en contactos institucionales que permiten encaminar el proyecto en nuevas direcciones. “Uno de nuestros principales logros es haber conseguido que las autoridades, pero sobre todo la población, confíen en la Fundación Cione Ruta de la Luz. Creen en lo que les decimos porque siempre lo hemos cumplido. Antes les habían visitado otros que nunca enviaron las gafas”, dice Marta Santamaría.

En el Hospital de Boane ya hay un taller óptico fijo que abastece el Ministerio de Sanidad de Mozambique. En él trabaja a diario Bernardo Paulo Mabote, un técnico local formado por la Fundación. El servicio es autosuficiente. Igualmente, la consistencia del proyecto ha ayudado a un buen número de estudiantes, también de escuelas para adultos, para quienes ver bien las letras y los números en una pizarra distante es su único billete hacia un futuro mejor. “El principal problema que tienen los mozambicanos es comer cada día, vaya eso por delante, pero en todo caso, la salud visual ocupa su lugar al menos en un rincón de Africa adonde llegó para quedarse. Ya le ha cambiado la vida a muchas personas, permitiendo el acceso a la educación o bien dándole una segunda oportunidad a personas que sin unas gafas eran minusválidos en su vida diaria”, añade María.


Noticias relacionadas