La gastronomía se une al Año Greco

CROQUETA DE GACHAS, CHORIZO Y PIPARRA

José Soler, jefe de cocina del Parador de Toledo, se ha colado en la 'fiesta' de los restaurantes con la denominación de Estrella Michelín de Castilla-La Mancha. Sin embargo, su propuesta para abrir boca en este Menú Greco no desentona lo más mínimo entre los 'primeros espadas' de la gastronomía regional. Se trata de una apuesta innovadora, una croqueta de gachas, chorizo y piparra.

"Elegí la croqueta porque pensé en hacer que la gente se coma la gacha, pero cómodamente y sin mancharse", afirma el chef mientras explica su creación. Pero eso no es todo, ya que no ha querido dejar a parte el motivo de esta iniciativa, pensando en una de las pinturas más míticas del pintor cretense. "Me inspiré en los colores del cuadro del Greco, El entierro del Conde Orgaz, que se puede ver durante todo el año en nuestra ciudad".

Soler tiene muy clara la relación entre lo que él y sus compañeros hacen y la obra del Greco. "La pintura es un arte y la gastronomía es otro". Así, se siente muy ilusionado con este proyecto, pues "vamos a dar a conocer los platos tan ricos y los productos tan ricos que tiene Castilla-La Mancha".

MOJETE MANCHEGO, ACEITUNAS NEGRAS Y SARDINA SALADA

El segundo de los platos corre a cargo del joven Fran Martínez, del restaurante Maralba, situado en la localidad albaceteña de Almansa. Es una muestra más de la vanguardia, en la que se encuentra la cocina de la región. Su plato es muy de la tierra, con un mojete manchego acompañado de aceitunas negras y sardina salada.

"He elegido el mojete porque supongo que es un plato que ya comía el Greco", cuenta el chef, añadiendo que "va en el ADN de la cocina manchega por muchas razones: es un plato humilde, sencillo y que en boca tiene esa potencia de sabor de los tomates de calidad, de las sardinas saladas, de las olivas, de la cebolla...". Por todo ello, afirma que "es un plato muy sencillo, pero que define muy bien a la cocina castellano-manchega".

También se siente Martínez muy satisfecho con la iniciativa del Menú Greco, con los Paradores como protagonistas. "Es una idea en la que ponemos en valor a todos los visitantes que vengan a Castilla-La Mancha y pasen por los Paradores, podrán tener una idea, una pincelada de lo que son las cocinas castellano-manchegas. Por todo ello, ha querido aportar su granito de arena, para promocionar uno de los principales activos de Castilla-La Mancha.

GUISO DE TRIGUEROS CON MORCILLA, MIEL, HIERBABUENA Y CHIPIRÓN DE ANZUELO

BACALAO, AJOARRIERO AHUMADO Y BOLETUS

Las Pedroñeras está considerada la capital del mundo del ajo. Por ello, Manuel de la Osa, desde el restaurante Las Rejas del municipio conquense, no podía olvidar este producto en el plato, que aporta al Menú Greco. Se trata de un bacalao con ajoarriero ahumado y boletus.

Pero como nadie habla mejor de su hijo que un padre, el afamado cocinero lo explica así. "Para este menú he elegido una receta muy sencilla, que se compone de elementos en los que el viaje hacía coincidir en una venta. Uno traía el aceite de Andalucía, otro los ajos de la zona, otro venía con patatas, otro con bacalao...". Como si fuera una reunión de viajeros en la época de Doménikos Theotokópoulos. "Así se preparaba un plato caliente, un ajoarriero, el atascaburras en otras zonas", añade, mostrando una gran sabiduría culinaria en sus palabras, apoyadas en su dilatada experiencia.

Tampoco olvida Manuel de la Osa el motivo por el que se ha puesto en marcha este sabroso proyecto. "El Greco es la imagen de este momento cultural importante para Castilla-La Mancha". En él, este chef no dudó en colaborar.

LOMO DE GAMO MARINADO EN JUGO FERMENTADO DE PIÑA, CEBOLLLITAS ENCURTIDAS Y HOJAS ÁCIDAS

José Carlos Fuentes es el chef del restaurante Tierra, que se puede encontrar en Torrico, en la provincia de Toledo. El ha sido el encargado de ponerle la carne a este Menú Greco, con su lomo de gamo marinado de jugo fermentado de piña, que se acompaña de cebollitas encurtidas y hojas ácidas.

Para explicar el plato, Fuentes se basa en la importancia que tiene para la región. "He elegido una carne muy sencilla y muy castellano-manchega, una caza de lomo gamo o de ciervo –dependiendo de la temporada–".

Pero esa explicación va más allá, demostrando que el joven cocinero ha invertido muchas horas en su elaboración.

"A parte, el plato tiene unos contrastes como oscuros, y creo que va bien con la carne de caza porque también es oscura, representando los cuadros que hacía el Greco".

Por ello, no extraña que diga que "con esta iniciativa, que busca utilizar la cocina en representación del Greco, ganamos todos".

Igualmente, deja una reflexión. "Espero que no tardemos tantos siglos como tardó el Greco en ser reconocido. Nosotros hacemos el trabajo bien hecho día a día, que es lo que nos importa, que el cliente salga contento".

HELADO DE QUESO, GELATINA DE MIEL Y GRANIZADO DE MANZANA VERDE

El encargado de redondear este menú es Pepe Rodríguez de El Bohío de Illescas, posiblemente el cocinero castellano-manchego más conocido gracias a su participación como jurado en el programa Masterchef de Televisión Española. 

Por su puesto, es un postre, con un helado de queso, una gelatina de miel y un granizado de manzana verde. Toda una delicia para el paladar.

Rodríguez afirma que "he elegido un postre clásico, que dice mucho de los postres de El Bohío", y vuelve a destacar su sencillez.

"Tiene solo tres elementos: queso, miel y manzana verde. Es un postre que sólo con esos tres elementos está muy rico". Cuenta, además, que esa es la forma de trabajar que siempre tienen. "Simboliza la esencia de lo que nos gusta hacer en nuestra cocina, que con muy pocos elementos poder hacer algo único".

Pepe Rodríguez se ha convertido en una de las caras más visibles de la gastronomía de la región. Por ello, hace bandera de todo lo que tienen que ofrecer al comensal, con la vanguardia como baluarte. "Al final se trata de disfrutar de el Greco en su magnitud y de comer como se come en 2014, en toda Castilla-La Mancha".

Nueve Paradores donde poder disfrutar del Menú Greco

Sigüenza

El Parador de Sigüenza es un imponente castillo medieval del siglo XII instalado en una alcazaba árabe y edificado sobre un asentamiento romano. Es un alojamiento ideal que invita a disfrutar de una ciudad milenaria, donde las piedras hablan de historia, tradición y leyenda. El tradicional mobiliario castellano del hotel se expone con gusto en las amplias y acogedoras habitaciones, algunas con camas adoseladas que hacen sentir como en aposentos de un auténtico palacio.

Toledo

El Parador de Toledo ofrece las maravillosas visitas de la ciudad Imperial, descansando en una tumbona junto a la piscina. El edificio es impresionante, donde también se puede ver la ciudad Patrimonio de la Humanidad desde sus salones, su terraza y sus habitaciones. En el Parador de Toledo se disfruta igualmente de amplias y lujosas instalaciones. El confortable mobiliario se inserta con vigas, escaleras, barandillas de madera y elementos mudéjares en alfombras y azulejería. Su ambiente es cálido y acogedor en sus habitaciones, desde donde el paisaje urbano deja al visitante sin habla.

Cuenca

El Parador de Cuenca es una de las mejores opciones para conocer esta ciudad Patrimonio de la Humanidad de singular belleza y rincones inolvidables. El hotel es un convento ubicado en un envidiable emplazamiento en la Hoz del Huécar, un compendio de escarpadas paredes y frondosa vegetación a las afueras de la ciudad, mirando hacia las mágicas casas colgadas. Son encantadores el claustro acristalado y la antigua capilla, hoy convertida en acogedora cafetería, su piscina y la preciosa panorámica de la ciudad.

Oropesa

El Parador Museo de Oropesa es un bello edificio que transmite su historia y sus leyendas a través de impresionantes salones, columnas y soportales, un imponente patio y la enigmática Torre del Homenaje. Fue en tiempos la Casa solariega de los Álvarez de Toledo, Condes de Oropesa, y sirvió de refugio a soldados, religiosos y nobles. En 1930 se convierte en el primer Parador monumento de la cadena pública, abriendo camino a una red de alojamientos en castillos, palacios, conventos y monasterios única en el mundo.

Ávila

Como un cofre guarda un tesoro, las Murallas de Ávila guardan en su interior un hermoso patrimonio histórico compuesto por iglesias, conventos y palacios renacentistas. Una de esas joyas es sin duda el Palacio Piedras Albas, Parador de Ávila, que adosado a las murallas mejor conservadas del mundo, se sitúa en el casco histórico de la ciudad, cerca de los lugares más bellos. Su interior es intimista y acogedor, las habitaciones son amplias, y el comedor con vistas al jardín y a la muralla a través de un patio

Cádiz

La llaman La Tacita de Plata y está considerada la ciudad más antigua de occidente; pero en esta urbe de luz especial conviven en perfecta armonía palacios barrocos y edificios indianos con la excepcional arquitectura moderna del Parador. Si se es amante del diseño, el Parador de Cádiz fascinará. Es una joya moderna con impresionantes vistas a la bahía desde cualquier punto: sus terrazas, sus diáfanas habitaciones, su exclusiva piscina, su relajante SPA... El restaurante y la tapería permiten disfrutar de exquisitos manjares. acristalado hacen del Parador un lugar majestuoso.

El Saler

El Parador de El Saler, en Valencia, es un destino obligado si se es amante del golf. Allí se puede disfrutar de este deporte en un enclave único, entre la Albufera y el mar, en el que está considerado uno de los mejores campos del mundo. Decoración de diseño, amplias y confortables habitaciones, algunas con vistas al mar, un relajante Spa, lujosas terrazas exteriores con vistas al campo de golf y al Mediterráneo, piscina exterior y un campo de fútbol de hierba, forman parte de la oferta del hotel. Su salón de convenciones, hace que el Parador sea ideal también para celebraciones.

Alcalá de Henares

En la cuna de Cervantes, donde se respira cultura y arte por cada esquina, está el Parador de Alcalá, un colegio-convento y Hostería del Estudiante del siglo XVII, situado en el antiguo Colegio Mayor de San Jerónimo. El hotel combina a la perfección tradición y vanguardia; la decoración en su interior es moderna y de diseño, exquisita, minimalista y elegante. Los servicios son inmejorables, además de lo habitual en Paradores, cuenta con spa, bussiness center, centros de convenciones y doce salones de conferencias. Su ubicación es una de sus principales bazas.

Argómaniz

El Parador de Argómaniz es un elegante palacio renacentista que contempla desde esta pequeña localidad a escasos kilómetros de Vitoria la llanura alavesa, la Sierra Gorbea y el pantano Ullibarri Gamboa. Lugar agradable, tranquilo y relajante, es una opción inmejorable tanto si se escapa del ruido de la ciudad como si se elige para pasar la estancia mientras se visita la hermosa Vitoria, mientras se disfruta de la gastronomía y los vinos de La Rioja Alavesa. Es fácil relajarse en las zonas de lectura o en la terraza, encontrando delicioso comer en el restaurante bajo sus espectaculares techos.