Los adjudicatarios de los huertos urbanos de Valdeluz inauguran la temporada agrícola con una cata de tomates

Roma, cherry, de cuelga, negro, marglobe, andine cornue, amarillo, esquena verd, raf o gigante rosa. Son algunas de las variedades de tomate más apreciadas del mercado para la elaboración de guisos, ensaladas y gazpachos, o para preparar conservas, rallar o freír. Algunas de ellas estaban incluidas en la cata que la Concejalía de Medio Ambiente organizó el pasado fin de semana para los ‘hortelanos’ que cultivan los huertos urbanos de Valdeluz.

Esta actividad formaba parte de la jornada técnica que impartió la asociación ‘Micorriza’ para los adjudicatarios de estas parcelas y con la que el Ayuntamiento de Yebes quiso dar el pistoletazo de salida a la temporada agrícola de este año.

La cata incluía más de una veintena de variantes de esta apreciada hortaliza, de la que hoy existe una amplia diversidad en función de los colores, formas y tamaños. Además de las variedades adaptadas a las características climáticas y de suelo de cada zona, el surtido de semillas y planteles satisface todos los gustos y necesidades. “Ningún tomate sabe igual que el que se cultiva en casa y eso lo saben bien los hortelanos de Valdeluz”, asegura Vidal Gaitán, concejal de Medio Ambiente. ¿Cómo optimizar las cosechas? ¿Qué variedades elegir? ¿Cuáles se adaptan mejor al huerto urbano? Son algunas preguntas para las que encontraron respuestas los participantes en esta jornada. Una cosecha de tomate puede empezar en junio o retrasarse hasta agosto, desde febrero se pueden empezar a hacer los semilleros en casa y los planteles se sembrarán una vez pasado el riesgo de heladas.

Las dos charlas introductorias de la jornada versaron sobre los beneficios que reporta la gestión y el mantenimiento de un huerto familiar, así como la planificación en el espacio y el tiempo de los diversos cultivos de otoño que puede albergar una parcela de estas características. A continuación se dio paso a la parte práctica con una demostración sobre el terreno de las técnicas más adecuadas para sacarle el máximo partido a estas parcelas. “Para ello, desde la Concejalía de Medio Ambiente incidimos en la necesidad de utilizar abonos y fertilizantes naturales y el destierro de pesticidas, productos que están expresamente prohibidos por la ordenanza municipal”, abunda Gaitán.

Con la cata de tomates que habían sido cultivados de forma ecológica en un huerto familiar se quiso demostrar la importancia que tiene la agrobiodiversidad a la hora de programar el uso y gestión del terreno.

Con esta actividad, la Concejalía de Medio Ambiente quiere fomentar valores como la sensibilización ambiental, el desarrollo sostenible, la gestión racional de los recursos o la alimentación saludable. Vidal Gaitán hace hincapié en el “grado de satisfacción” de los hortelanos que desde hace tres años gestionan los huertos urbanos de Valdeluz cuya gestión convoca anualmente el Ayuntamiento de Yebes.

A disposición de los vecinos se ponen un total de 18 huertos con una superficie útil de 36 metros cuadrados cada uno que están ubicados en una parcela de titularidad municipal de 1.500 m2. La instalación y mantenimiento del sistema de riego por goteo corre por cuenta de los adjudicatarios, que disponen de una caseta para almacenar los aperos y útiles de labranza.

Legumbres, verduras, lechugas, tomates, pimientos o pepinos son los productos hortícolas por los que se decantan los hortelanos en estas tres temporadas. De algunos de ellos se llegan a obtener hasta dos y tres cosechas durante los periodos de explotación.

La ordenanza reguladora del funcionamiento de los huertos urbanos establece que la actividad agrícola puede desarrollarse de 7 h de la mañana a diez de la noche durante los siete días de la semana. Deben respetarse los límites del huerto que se asigna a cada adjudicatario y mantenerlo en perfecto estado de limpieza y conservación. Cada hortelano abona una tasa de 80 € en concepto de uso y gastos de agua y una cantidad equivalente como fianza, que se le devuelve una vez expirado el periodo de vigencia, que en esta última convocatoria se ha alargado hasta los dos años.