Un pésimo precedente

Si la única solución que ha encontrado el rector de la Universidad de Zaragoza, don Manuel López –porque suya ha sido la decisión- para evitar posibles altercados o desórdenes es esconderse -una forma menos finas de llamar “suspender el acto”- es que o vamos por muy mal camino o don Manuel López no quiere líos. Como lo primero no parece muy de recibo, habrá que plantearse lo segundo.

Lo curioso es que la consejera de Educación de Aragón ha reiterado que las protestas son legítimas pero en un sistema de Derecho las amenazas y las coacciones no pueden violentar los principios democráticos ni la libertad de las instituciones. Pues por lo visto sí, señora consejera, porque no existe mayor coacción que la que genera un miedo –desde mi punto de vista exagerado o interesado- hasta el punto de suspender un acto oficial.

El delegado del Gobierno dice estar “perplejo” ante la inexplicable decisión del Rector que en ningún momento le ha consultado nada: "Permítanme que no entienda esta suspensión”.

Tampoco nosotros la entendemos, no entendemos ni la suspensión ni entendemos las razones del Rector para decidirla personalmente. El sabrá por qué lo ha hecho; los posibles manifestantes pueden estar muy cabreados pero, desde luego, no son unos terroristas. El Rector Magnífico don Manuel no es que se haya pasado, es que no ha estado a la altura. Se siente.

a.aberasturi