Cuando los cargos públicos se convierten en una carga pública

Dejando a un lado estas diatribas melancólicas, lo cierto y verdadero es que desde hace diez años, nos quedamos sin el control de la maquinita de hacer billetes.

Ahora, hay un señor en Bruselas que se llama Mario Draghi, que es el presidente del Banco Central Europeo, el único Banco que tiene el poder de poner en marcha la maquinita de hacer billetes…

Ante la subida inminente del IVA en España, este Mario Draghi ha dicho que esto es lo último que se tiene que hacer, que España tiene mucha prisa por subir los impuestos y que España tiene que recortar más los gastos de la administración y del Estado antes de subir el IVA.

El periodista italiano Eugenio Scalfari narra en un artículo una conversación con su amigo Mario Draghi, en la que se desprende un cierto desdén hacia España, llegando a decir que España me recuerda al futbolista italiano Balotelli llorando cuando perdió la final de la Eurocopa.

Y es que la mayoría de los expertos y analistas coinciden en una misma idea: los ciudadanos no entienden cómo se exige a la sociedad continuos ajustes, recortando en educación y en sanidad, prolongando la edad de jubilación, subiendo los impuestos y, a cambio, se mantienen los privilegios de la clase política.

Lo único evidente es que la organización del Estado de las autonomías ha consolidado a España como el primero de la Unión Europea por número de cargos públicos. Las últimas estimaciones realizadas apuntan, que podría haber más de 400.000 en activo si se incluyen asesores y cargos de confianza. Son diputados, senadores, alcaldes, concejales, miembros de los parlamentos autonómicos o de las diputaciones provinciales, de las mancomunidades, de las empresas públicas... y así un larguísimo etcétera. Si se tiene en cuenta esta cifra, en España habría más cargos públicos y políticos que médicos, policías y bomberos juntos.

Hay que tener en cuenta que no hay cifras oficiales y que, se trata tan sólo de estimaciones; pero aún así, en nuestro país habría alrededor de un cargo político por cada 115 ciudadanos, lo que nos sitúa muy por encima de nuestros vecinos. En Alemania, por ejemplo, hay un político por cada 800 ciudadanos.

Una gran parte del problema está ahora mismo en las empresas públicas. Todavía hay 2.800 empresas públicas estatales y otras 2.350 más autonómicas. Total 5150 empresas públicas que pagamos usted y yo con nuestros impuestos.

El actual modelo de Estado que tiene España es inviable; sencillamente, no hay bolsillo que lo aguante.

Urge adelgazar la estructura de las autonomías y reducir el número de cargos públicos. En la actualidad hay 68.462 concejales, lo que supone ¡2.300 concejales más que en la anterior legislatura!
Apenas hay unos pocos concejales de pueblo (que todos conocemos) que trabajan desinteresadamente y que incluso les cuesta dinero desempeñar sus cargos. El resto sigue cobrando del erario público.

Hay que cerrar muchas televisiones autonómicas, muchas pseudoembajadas autonómicas en el extranjero, reducir el número de ayuntamientos, mancomunidaes y diputaciones, hay que, en definitiva meter la tijera en el despilfarro autonómico antes que subir el IVA.

El IVA es el impuesto más injusto, insolidario y cruel que exite, pues trata a ricos y a pobres por igual, esto no lo digo yo, lo dijo Rajoy cuando todavía muchos españoles creían en él.

Me despido trayendo a la memoria, aquello que dijo Groucho Marx de que “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". Así resumía el mítico cómico y genio norteamericano Groucho Marx la gestión de la cosa pública… Más allá del carácter humorístico de la sentencia… lo cierto y verdadero, es que los partidos y la clase política se han consolidado como el tercer gran problema para los españoles.

Muchas gracias por haber tenido la paciencia y amabilidad de escucharme. Un saludo
Artículo locutado y emitido el 10 de julio de 2012 en el programa de la Cadena Cope “Así son las mañanas”