La Opinión de Andrés Aberasturi
Reducir su biografía a lo que seguramente más amó, el Festival Medieval, sería injusto porque su obra filológica y didáctica es enorme
lunes 09 de marzo de 2015, 00:42h
Este año no vendrá don Manuel; ni el próximo. Ya no nos va a quedar el consuelo recurrente de que”lleva unos días un poco delicado”.
Don Manuel no va a venir porque ha muerto a los 97 años, lúcido hasta última hora, apasionado, hablando, como Unamuno escribía, contra esto y aquello y haciendo planes que él sabía que no iba a poder llevar a cabo. En a última conversación larga que tuvimos –fue más un monólogo suyo que una conversación de ambos- estábamos sentados en la terraza de un café de Hita mientras el personal subía y bajaba esas cuestas tan bellas como imposibles.
Voy a ser sincero: no recuerdo cual que era tema exactamente que en aquel momento le entusiasmaba pero sí que era un conglomerado de filología, claro, física y metafísica que había “descubierto” y al que pensaba dedicarse en los próximos tiempos “aunque ya a nadie le interesan estas cosas…”
En Hita don Manuel era –es- don Manuel y bastaba. En Guadalajara era Criado de Val y en el resto del país –y de muchas naciones hispano parlantes- se le conocía como el profesor don Manuel Criado de Val.
Reducir su biografía a lo que seguramente más amó, el Festival Medieval, sería injusto porque su obra filológica y didáctica es enorme y tal vez sólo recordada por los más mayores gracias a sus apariciones en aquella televisión de los 70. Hace ya algunos meses recibí una cartita suya en la que me pedía delicadamente mi apoyo y el de otros compañeros de RTVE para optar –otra vez- al premio Príncipe de Asturias.
No se lo concedieron pero tampoco creo que eso importe demasiado. Don Manuel a estas alturas es ya su obra y ahí quedará abierta para hacer del lenguaje una patria común que a todos pueda unirnos desde el respeto.
a.aberasturi