Nicolás, los hackers y el no hacer nada

Sigo un par de blogs de profesores del IESE, también alguno de Harvard. Me gustaría seguir muchos más, pero no tengo tiempo. En uno de ellos, no me acuerdo bien en cuál, se comenta el hecho bien sabido de que algunos empleados son capaces de cumplir los objetivos de los que depende su variable incluso llevando a cabo acciones a corto plazo que perjudican el largo plazo. Concluye que son parecidos a los hackers: se aprovechan de resquicios del sistema para sacar provecho individual. Si, además, llevan a cabo acciones ilegales, entonces pasan de hackers a delincuentes.

Hay un ejemplo actual: el pequeño Nicolás. Se ha aprovechado de las imperfecciones del sistema para su propio beneficio. Ya se verá si se queda en hacker o pasa a delincuente. Tiene toda la pinta que será esto segundo.

Pero se pueden poner otros ejemplos. De hecho, hay hasta estadísticas de esta clase de comportamientos. Les cuento con base en un artículo en The Economist que llega a dar recomendaciones para trabajar poco y llevar una vida tranquila

Para empezar, los funcionarios. Se aprovechan de una ineficiencia del mercado (haber aprobado un examen, por difícil que sea) para disfrutar el resto de su vida. Cuenta el ejemplo de un funcionario alemán que en el año 2012 en su carta de despedida a sus compañeros reconoció que no había hecho absolutamente nada en los últimos 14 años de trabajo. Creo yo que en España tenemos casos peores. Otro en Finlandia en 2002 se murió en su puesto de trabajo y tardaron dos días en descubrir que se había muerto; señal de que no era muy útil para nadie. Aquí no pasaría porque le habrían echado en falta a la hora del café de media mañana.

Se explica que en las empresas grandes es más fácil ocultarse y trabajar menos que en las pequeñas. Hay que dejar permanentemente una chaqueta en tu sitio para invitar a los demás a pensar que estás todavía en el trabajo reunido. Hay que saber identificar los momentos en los que se vaya a repartir trabajo para desaparecer. Obviamente, hay que parecer siempre ocupado. Los hay que incluso aprenden a programar su correo para que envíe los mensajes escritos durante el día a altas horas de la noche o de madrugada. Algunos se afanan en buscar empresas en las que los directivos son personas que acumulan años, son más fáciles de convencer que cualquier hoja Excel por sencilla que sea lleva un mínimo de dos semanas de trabajo.

Y, por último, hay correlación entre tu sueldo, tu cargo y la carga de trabajo. Los que más ganan y los peor pagados son los más ociosos; los unos se dedican a cultivar las relaciones sociales, y los últimos a no hacer nada especial. Son los intermedios los que sacan adelante todo el trabajo con la expectativa de llegar a ocupar un alto cargo.